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Julio Durán Exfutbolista de CD Tenerife y UD Las Palmas

«Por cómo llegan los dos equipos, será un derbi apasionante»

«Este Tenerife ilusiona. No solo está teniendo un buen inicio de Liga, sino que sus señas de identidad son claras»

Julio Durán, en la zona de acceso a las oficinas del CD Tenerife situadas en el Heliodoro Rodríguez López. Delia Padrón

Julio Durán Pérez (Santa Cruz de Tenerife, 14/7/1957) analiza el derbi desde la perspectiva de alguien que jugó estos partidos con los dos uniformes. El director de la Escuela de Formación y Tecnificación de la Fundación Canaria del Tenerife, confía en que el equipo blanquiazul mantenga la línea positiva que lleva este sábado en Las Palmas.

Si hablamos de CD Tenerife y UD Las Palmas, supongo que lo hacemos de los clubes más importantes de su carrera.

Sí. También jugué en Primera División con el Castellón y estuve en el Atlético de Madrid, pero el Tenerife es el equipo en el que me inicié y el que me dio la oportunidad de vivir del fútbol; y en la Unión Deportiva fue donde desarrollé la mayor parte de mi carrera a nivel deportivo. Le estoy agradecido a los dos, en diferentes etapas. Lo que sí tengo claro es que en estos momentos estoy dentro del Tenerife y me gustaría que el equipo siguiera en la línea que lleva. Es lo que deseamos todos los aficionados. Llevamos unas temporadas de incertidumbre, de apuros, de malas clasificaciones y demás, y ahora estamos con mucha ilusión.

¿Cómo empezó su trayectoria como jugador del Tenerife?

De forma casual. En esa época era juvenil. Jugaba en el San Andrés, en Primera regional. El Tenerife hacía convocatorias entre jugadores jóvenes para disputar partidos contra el primer equipo cada miércoles. Recuerdo que el entrenador era Felipe Mesones. A través de Ñito, que era de San Andrés, me llamaron para estar en dos de esos amistosos en el Heliodoro. Mesones me preguntó si tenía inconvenientes en volver a la semana siguiente. El entrenamiento estaba programado para las cinco de la tarde y desde las tres estuve dando vueltas alrededor del estadio. A partir de ahí, Mesones me planteó que fuera cada día. No hablamos de nada más. Solo quería entrenar, ser futbolista. Y así fue. Estuve un par de meses sin ficha hasta que me inscribieron en el primer equipo. Y cuando me dieron la oportunidad de jugar, me quedé en el puesto de titular. La primera vez fue en casa, ante el Getafe, sustituyendo a Jorge Fernández. Estaba rodeado de futbolistas a los que admiraba, porque meses antes los iba a ver desde la grada. En un año pasé de la grada al vestuario y del vestuario al campo. Hay mucha gente que no tuvo esa oportunidad y, a lo mejor, tenía mejores condiciones. En mi caso, tuve esa suerte y aproveché el momento. Le estaré siempre agradecido a Mesones y al club.

¿Cómo era aquel Tenerife?

Teníamos un equipo tremendo. Estaban los uruguayos Aparicio, Hugo Fernández, Bertinat y Kraus. Había muchos canteranos, de Tenerife, de La Gomera, de La Palma... Lo que se respiraba en el vestuario era muchísima canariedad.

Eran tiempos en los que la Unión Deportiva estaba consolidada en Primera División. Si se jugaba algún clásico, era de Copa del Rey o Copa de la Liga. No había dudas con el favorito.

Indudablemente. Ellos estaban jugando por cosas importantes en Primera División, y nosotros seguíamos en Segunda e incluso en Segunda División B. Recuerdo que todos los chicos de la cantera teníamos la ilusión de llegar a Primera División y de hacerlo con la UD Las Palmas. De hecho, fuimos muchos los que pasamos por la Unión Deportiva después de jugar en el Tenerife: José Juan, Martín, los dos Gilbertos, Jorge, Medina, Víctor, Salvador, Chinea, Juanito... Si queríamos llegar a una categoría superior, teníamos que ir a la Unión Deportiva o a la Península.

«No era nada fácil jugar ante el Tenerife estando en Las Palmas. Hiciera lo que hiciera, siempre iba a quedar mal»

Era el camino más corto para un canterano de Tenerife.

Claro. En mi caso fue distinto porque primero fui al Atlético de Madrid, con Román. Luego regresamos dos años después a la Unión Deportiva. Pero esa era la ilusión que teníamos en aquella época. Para llegar a Primera, la opción más cercana que había era ir a la UD Las Palmas. Con el paso del tiempo esa situación ha cambiado. Los dos clubes están en la misma categoría y no existe esa supremacía de la Unión Deportiva sobre el Tenerife que sí se produjo en aquellos tiempos. Las cosas han cambiado. Estamos en igualdad de condiciones.

¿Cómo fue para un tinerfeño como usted jugar un derbi con la UD Las Palmas?

No fue fácil. Lo puedo asegurar. Hiciera lo que hiciera, siempre iba a quedar mal. Mi familia era y es aficionada al Tenerife, los amigos, toda la gente cercana... Y te veían defendiendo la camiseta del eterno rival. Era complicado. Tenía que olvidarme del entorno y, como profesional del fútbol que era, defender los intereses del club que me pagaba. Eso es lo que intentaba. Luego, había momentos en la intimidad en los que compartía mis vivencias con los amigos y con la familia. Pero no era fácil gestionar que en un momento determinado quisieras que el equipo que te pagaba le ganara al de tu tierra, al club en el que te habías iniciado. Ni lo he escondido nunca ni lo haré ahora. Le estaré eternamente agradecido a la UD Las Palmas por mis diez años allí y por el trato exquisito que me dispensaron a mí y a mi familia. Es más, han tenido múltiples detalles conmigo una vez retirado. Me sentí siempre querido y valorado. No puedo decir nada negativo. Otra cosa es que cuando se enfrentan Tenerife y Las Palmas, quieras ganar. Eso es lícito. ¿Desearle el mal? En absoluto, porque no tengo ningún motivo para ello. Todo lo contrario. Le deseo lo mejor, pero profesionalmente hablando, quiero que estemos por encima y que subamos a Primera División. Ese es mi pensamiento después de unas temporadas de sufrimiento. Ya toca que los aficionados tengan alegrías.

¿Hubo algún momento especial para usted en los derbis?

Todos fueron especiales. Ningún Tenerife-Las Palmas pasó sin dejarme algún recuerdo. Son múltiples, algunos más agradables que otros. El simple hecho de salir al campo, tener esas vivencias, los prepartidos... Son semanas especiales. Así te lo hace sentir la propia calle, la afición. En los vestuarios se habla muchísimo de estos partidos, cosa que en otros encuentros no pasa tanto. Te queda en la retina. Se juegan tres puntos, es indudable, pero en los derbis, normalmente el perdedor sale tocado y lo sufre en las jornadas siguientes.

¿Qué le gusta del Tenerife de Luis Miguel Ramis?

Como aficionado, estoy ilusionado, porque veo que el equipo tiene muchísimas alternativas. Se ha formado una plantilla que tiene una idea clara de cómo debe jugar y que está entusiasmando a todos. El aficionado estaba un poco desilusionado, sin saber lo que se iba a encontrar en esta temporada, y no solo el inicio está siendo bueno, sino que las señas de identidad son claras y los resultados están siendo positivos. Pero la temporada es larga y debemos ser cautos.

¿Y de la Unión Deportiva?

Tiene jugadores que marcan diferencias, como Jonathan Viera, pero no solo dentro de la plantilla de la Unión Deportiva sino en toda la categoría. Estamos hablando de un futbolista diferente. Los dos equipos llegan en un buen momento y creo que podemos disfrutar de un derbi apasionante. Espero que todos los aficionados disfruten, que reine la deportividad y que no haya damnificados.

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