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Una hamburguesa sofocante

El intenso calor reinante en el Santiago Martín durante la Supercopa provoca malestar en jugadores, técnicos y aficionados l Un sistema de climatización, la única solución

Momento en el que Rudy Fernández se lesiona en su rodilla. Andrés Gutiérrez

Resbalones y lesiones de jugadores, pegatinas sobre el parqué que se despegan, técnicos sudando la gota gorda, aficionados que no paran de abanicarse y que buscan el aire de los exteriores... Ese fue el denominador común de la Supercopa Endesa 2021 más allá de deportivo. Fue el gran lunar del fin de semana para la cita de Los Majuelos.

Ironizaba el sábado por la tarde Sarunas Jasikevicius, al llegar a la sala de prensa tras vencer al Valencia, con que si el aire acondicionado que allí reinaba no era posible tenerlo también en la cancha. Queja velada del técnico del FC Barcelona sobre una situación que se acabó convirtiendo en desagradable denominador común de los dos días de competición.

El abanico.

Y es que a la queja de Jasikevicius le siguieron varios episodios más. El más constante y que más gente padeció fue el sudor que acompañó a cada uno de los más de 2.200 espectadores que estuvieron en las gradas del Santiago Martín. Muchos –especialmente en la jornada de ayer–, recurrieron al abanico para mitigar la fatiga, pero otros no tuvieron más remedio que buscar aire en los exteriores del pabellón, pero solo en los descansos y entre partidos, porque durante el transcurso de los encuentros las puertas del recinto de Los Majuelos permanecían prácticamente cerradas.

Rudy, dañado.

Las consecuencias del calor reinante se extendieron a continuos parones para parchear varias de las pegatinas de patrocinadores que cubrían algunas partes de la pista, así como para secar una y otra vez las gotas de sudor dejada por los jugadores. Y precisamente por este motivo pudo haberse dañado la rodilla izquierda Rudy Fernández en la lucha por un balón durante la semifinal contra el Lenovo Tenerife.

Lesión en el encuentro entre el Lenovo Tenerife y el Real Madrid. Andrés Gutiérrez

Antecedentes.

La situación, sin embargo, y pese a ser en esta ocasión más relevante, no es ni mucho nueva. Y es que ya han sido varios episodios similares los que se han producido cada vez que se celebra algún acontecimiento deportivo a estas alturas del año. Especialmente, y como es el caso, cuando coincide con días calurosos. Lo han sufrido básicamente el Lenovo Tenerife y sus seguidores en algún que otro amistoso de pretemporada y en sus arranques ligueros. Más aún cuando dichos partidos no se celebran en horario nocturno. También afloró dicho problema en la Supercopa de 2020, pero de forma más atenuada al celebrarse a puerta cerrada.

En el Mundial, todo bien.

Cuando todo salió rodado fue con motivo de la disputa del Mundial Femenino en 2018, también celebrado a mitad de septiembre. Sin embargo, en aquella ocasión se instaló un sistema de refrigeración para evitar males mayores. Fue uno de los requisitos exigidos por la FIBA, ya alertada por un problema casi calcado que padeció el Gran Canaria Arena desde el mundial masculino de 2014.

Arreglo, solo en proyecto.

Es precisamente la del aire acondicionado la principal y casi única solución que se le podría dar al sofocante calor qie cada verano se apodera del Santiago Martín. De hecho, el proyecto encargado por el Cabildo (propietario de la instalación) para la ampliación del número de localidades del recinto de Los Majuelos contemplaba la instalación de un sistema de refrigeración. Sin embargo, entre falta de tiempo material para ejecutarla, su elevado coste y más recientemente a causa de la pandemia, dicha obra no ha terminado de convertirse en una realidad. Por ahora, la Hamburguesa seguirá con un aforo de 5.100 espectadores... y sin aire acondicionado. Ante esta tesitura, complicado optar a más eventos durante mientras pudiera apretar el calor.

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