El Waterpolo Tenerife Echeyde vive un momento histórico. Tiempo de máxima satisfacción gracias a unos logros casi fuera de cualquier guion hasta hace nada. Un éxito en forma de dos victorias seguidas que a simple vista parecen un botín menor, pero que para la entidad presidida por David Rivas se convierte en un hito. En menos de tres días los chicharreros vencieron primero al Sant Andreu y después al Navarra. El primero, un triunfo de campanillas; el segundo, un éxito ante un rival directo para evitar la zona más baja de la tabla. Una mini-racha que, sin embargo, no impide que el club capitalino mantenga los pies en el suelo. «Debemos ir paso a paso, porque el mejor ejemplo de que esto no será sencillo es haberle ganado bien al Sant Andreu y luego que se nos complicara tanto el partido contra el Navarra. Tenemos que ir todavía a jugar allá contra ellos y lo mismo frente al Rubí», advierte el máximo dirigente del club. «La liga está muchísimo más igualada de media tabla para abajo y para nosotros es muy difícil ganar fuera porque los viajes no son sencillos», añade en la misma línea.
Una prudencia que no empaña, eso sí, la satisfacción actual por los seis puntos consecutivos. «Sumar dos victorias y encima a estas alturas de la temporada era algo casi inimaginable», reconoce Rivas, que sí presume de un equipo capaz de derrotar «a un gran conjunto como el Sant Andreu, que compite en Europa, y al que además se le ganó bien, yendo por encima desde el primer cuarto». «Esa victoria nos ha dado mucha confianza», explica también el presidente del Echeyde, que este curso ve un «saltito de calidad», que hace de los tinerfeños una plantilla «mejor preparada que la del año pasado».
Pero deja claro Rivas que ese paso al frente no llega por una revolución en la plantilla, sino por la continuidad de una filosofía de trabajo. «El grupo es prácticamente el mismo, ya que solo hemos cambiado dos piezas, el portero y el marcador de boya», explica David en referencia a las incorporaciones del guardameta Diego Malnero y al croata Marin Borovcic-Kurir. «Tenemos básicamente lo mismo, pero es verdad que si tú llevas un año trabajando con un sistema que los jugadores van interiorizando poco a poco, al final tienen que llegar los resultados», argumenta sobre unas prestaciones en las que parece no existir tanta dependencia de Albert Español. «Él siempre dice que no puede ser el estandarte del equipo, sino que todos aporten. Contra el Sant Andreu, de hecho, no metió ningún gol», concluye Rivas.
Susak, la nueva referencia ofensiva
Dentro del reparto de responsabilidades y protagonismo por el que aboga Albert Español, ha sido Sebastian Susak el que ha dado un paso al frente. En su segunda temporada en el club tinerfeño marcha como pichichi con nueve goles –ante los siete que suma Español–, cinco de ellos este pasado sábado. «Está llamado a eso desde que lo fichamos el año pasado, pero creo que le costó adaptarse y además no es del todo regular. Ahora sí lo ha sido y además está asumiendo la responsabilidad. Si está contento y se lo va creyendo creo que nos dará mucho durante la temporada», explica sobre él David Rivas. Eso sí, el presidente del club isleño no se fija en nombres. «Al final da igual quién meta los goles; lo importante es ganar los partidos», sentencia.