Sara Sálamo amadrina el concurso de guiones de cortos audiovisuales CIMA10

La Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales abre la convocatoria hasta el próximo 21 de noviembre

Pueden presentarse jóvenes de entre 16 y 23 años de todos los centros de enseñanza españoles

Proceso de grabación del corto 'Minifalda' de la anterior edición de CIMA10.

Proceso de grabación del corto 'Minifalda' de la anterior edición de CIMA10. / E. D.

«Las mujeres existen y no solo son madres, novias o unas víctimas de violencia». Así arranca el Decálogo de Buenas Prácticas para Combatir el Sexismo en los Relatos Audiovisuales de la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) en el que se basa el concurso de cortos audiovisuales CIMA10. La segunda edición de esta iniciativa, de la que es madrina la actriz y cineasta canaria Sara Sálamo, abrió su convocatoria el pasado 19 de octubre para que los jóvenes españoles de entre 16 y 23 años puedan mandar sus guiones originales y ver materializados sus proyectos cinematográficos.

El premio para los ocho cortometrajes clasificados será de 800 euros y de un presupuesto de 2.000 para poder rodar y producir el corto entre enero y febrero de 2024. Hasta el 21 de noviembre, los interesados y las interesadas que puedan acreditar que son universitarios, estudiantes de bachillerato o de Formación Profesional de centros de enseñanza españoles (privados o públicos) pueden enviar a CIMA10 sus proyectos de guión con una extensión máxima de cinco páginas.

«Estoy entusiasmada con poder amadrinar esta iniciativa de CIMA siendo cineasta y madre de dos niños pequeños. La alfabetización audiovisual es un pasito más hacia un futuro justo, democrático y feminista. Sabemos cómo influyen los medios, la publicidad y el cine en el imaginario colectivo y esa herramienta tan poderosa, debemos usarla no sólo para entretener sino para hacer preguntas. ¿Nuestras adolescentes se sienten representadas por los personajes del cine contemporáneo? ¿Qué sienten al analizar los personajes femeninos de hace quince o veinte años? ¿Nuestros chicos adolescentes se siente representados por los protagonistas actuales? ¿Se sienten cómodos con la masculinidad a la que durante tantos años le debían pleitesía siendo tan sumamente encorsetada?», se plantea Sálamo, que también es miembro de esta asociación que lleva desde 2006 en activo y que cuenta con más de 1.100 socias.

La actriz y cineasta, natural de Santa Cruz de Tenerife, ha participado en películas como Todos lo saben, Perdida o El favor y en series como Relatos Confinados e Historias para no dormir, ambas para la plataforma Prime Video que también apoya, desde su primera edición, la iniciativa de CIMA10. Además de ser la cara visible de esta edición, será la encargada de presidir un jurado compuesto por un total de cinco integrantes que será el encargado de evaluar los guiones presentados.

«La madrina que tenemos este año es referente en poner en práctica el cómo poder cambiar el relato como un enfoque de género», indica Arantza Martínez, coordinadora de la segunda edición de CIMA10, en referencia a Sálamo.

La alfabetización audiovisual

La alfabetización audiovisual de los más jóvenes es el principal eje sobre el que se vertebra CIMA10, una formación que sirva para huir de los personajes femeninos más estereotipados y darle a los jóvenes las herramientas para ir más allá de clichés como el de la femme fatal o el de la «rubia tonta» que tantas veces se ha repetido en el cine. «Las mujeres existen antes de los 20 y después de los 40 años e incluso les pasan cosas» o «apuesta por crear nuevos referentes masculinos», son algunos de los puntos del Décalogo de Buenas Prácticas para Combatir el Sexismo en los Relatos Audiovisuales que hace dos años vio la luz de la mano de CIMA y que busca ampliar horizontes.

A pesar de que el cine se va transformando a medida que lo hace la sociedad, el séptimo arte también puede ser un aliado para potenciar el cambio por sí mismo. Como creadores de anhelos y configuradores de imaginarios, las películas, series o cortos pueden definir, en parte, lo que se espera de la realidad, lo que se consideran normal, habitual o deseable.

«Uno de nuestros objetivos es crear referentes en el cine y en el audiovisual y fomentar una imagen diversa de la mujer a través de la alfabetización. Era muy importante encontrar un formato para poder poner en práctica este decálogo. La necesidad de materializarlo viene de que todavía queda mucho camino por hacer», concluye Martínez.