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Asaari Bibang Humorista

«Las opiniones se polarizan porque perdemos la capacidad de escuchar»

«Me gustan los canarios que tienen predisposición al buen rollo y a la risa», asegura la humorista

Asaari Bibang. E. D.

La humorista Asaari Bibang actúa por primera vez en las Islas dentro de la programación de Garachico escénico. La activista ecuatoguineana llega esta noche a la glorieta de San Francisco a las 22:00 horas para ofrecer Humor negra, un canto contra los estereotipos de las mujeres y de las personas de color. «Me hace mucha ilusión llegar a Canarias porque me encanta el carácter de la gente, que tiene predisposición al buen rollo y la risa», afirma la cómica quien es escueta en su invitación para ver el espectáculo de esta noche: «Yo siempre digo ven, que no te lo cuenten, que yo siempre lo aviso».


¿Qué le espera al público con Humor negra, el monólogo con el que llega a Garachico?

Es un monólogo feminista y antirracista que aboga por meter goles por la escuadra. La base es que nos riamos, es mi meta primordial, que la gente se lo pase bien y que quizás cuando salgan del monólogo se den cuenta de que han aprendido algo. Pero lo principal es que se rían porque yo siempre digo que si el público aprende pero no se ríe no es algo cómico sino un simposio.

A lo largo de su carrera ha realizado trabajos en el cine, en la radio y en muchas plataformas y en todos ellos el humor ha estado presente. ¿La risa despierta conciencias?

Absolutamente. Yo creo que la comedia es un código de comunicación y es tan amable que pone a la gente en una mayor predisposición de escucha. Al final se acercan a unas ideas que dicho de otra forma crearían unos muros y una distancia que se derriban automáticamente cuando lo hacemos a través de la risa.

¿Y recibe la respuesta de ese público que a lo mejor no estaba tan convencido de ir a escucharla pero sale satisfecho?

Sí, me pasa mucho. La típica novia que arrastra a su pareja, que piensan que les voy a pegar una chapa sobre antirracismo y que les voy a comer la cabeza con el feminismo pero que al final se lo pasan genial. No solo lo recomiendan luego sino que reconocen que han aprendido mucho porque pongo sobre la mesa microrracismos, cosas que pasan a diario y se hacen de manera inconsciente, y lo hago con humor, lo que permite que la gente se de cuenta. Poder obrar un cambio social, pequeño o grande eso da igual, además de hacer lo que me gusta, aunque solo sea en una persona para mí es maravilloso.

Aunque este espectáculo se estrenó hace tiempo, ¿sigue actualizándolo con sus propias vivencias?

Sí, un monólogo cómico siempre está vivo. Cuando me bajo del escenario lo que me apetece es irme a mi casa a seguir escribiendo y cambiar cosas. Lo hago por el público y también por mí, porque llevo más de un año de gira con Humor negra y necesito nuevos alicientes para seguir evolucionando. Me parece que esa es algo bonito de este trabajo, que las cosas siempre están vivas y eso también me obliga a estar pendiente de la actualidad, de si hay algún tema para tratar de incluirlo porque la cercanía y la capacidad de visualizar lo que estás explicando es un punto a favor del espectáculo.

En estos tiempos de tanta crispación, ¿cómo afronta hacer humor de temas que para muchos son tan delicados?

Es cierto que las opiniones se han polarizado mucho porque estamos viviendo una época de crispación. Cuando la sociedad vive una época de adversidad, las opiniones se polarizan mucho, como está sucediendo ahora, saliendo de la pandemia, con la recesión y la inflación. Pero creo que la risa es un punto común para todos y que ahora es más necesaria que nunca. Por supuesto que hay gente que jamás va a venir a verme pero yo no invierto mi energía en ellas, sino en las que tienen predisposición a abrir su mente. Me gusta la gente que, aunque pueda discrepar con mi punto de vista, se siente conmigo para reírse y escuchar otras cosas que no suele escuchar. Me gusta la predisposición de escucha porque creo que una de las cosas que hace que las opiniones estén tan polarizadas es que hemos perdido la capacidad de escuchar.

Su carrera está repleta de proyectos de diversa índole, ¿se queda con alguna de las facetas que ha probado?

Precisamente la comedia me ha dado la oportunidad de poder diversificar. Estoy en muchos espacios y hago muchas cosas diferentes. Ahora vamos a empezar la segunda temporada del podcast No hay negros en el Tíbet que está funcionando muy bien. La primera temporada nos dio muchas alegrías. Tampoco siento la necesidad de elegir porque creo que un artista es un artista y tener la oportunidad de ir probando es un privilegio.

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