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Matías Díaz Padrón Doctor en Historia del Arte

«Hacen falta expertos para inventariar el arte flamenco en Canarias»

Matías Díaz Padrón. LUIS ROCA

El doctor en Historia del Arte Matías Díaz Padrón (Valverde, 1935) está considerado entre los especialistas del arte del siglo XVII más destacados del mundo y fue conservador jefe del Departamento de Pintura Flamenca y Holandesa del Renacimiento y Barroco del Museo Nacional del Prado hasta 2005.

¿Qué opina sobre la polémica del reciente inventario del patrimonio flamenco en Canarias, al que se le achaca errores y confusiones?

No me interesa entrar en la polémica. Pero sí puedo decir que en Canarias ha intervenido gente que no son de categoría académica suficiente para este cometido, y han intervenido de la manera más superficial en el campo de la pintura. Como es una área grande y compleja, se han producido intervenciones en estos últimos tiempos de un nivel académico modesto que han creado una serie de exageraciones con respecto a la pintura en Canarias. No son gente de nivel académico, pero yo trabajo con especialistas de los centros de investigación de La Laguna y Las Palmas y yo recomendaría que se leyese lo expuesto en los Estudios Atlánticos, donde hay muchas investigaciones mías. Después se han producido apariciones en el mundo de la prensa de gente con unas pretensiones más optimistas pretendiendo dar una dimensión irreal a la situación de la pintura flamenca en Canarias y tomando opiniones que no son especialistas de carácter académico. Hace falta expertos de verdad para inventariar el arte flamenco en Canarias.

¿Y cuál es el valor real de la pintura flamenca de Canarias?

Mis aportaciones científicas están recogidas en mis estudios y conferencias. Y a ellos me remito. Pero ha sido una sorpresa porque se encuentra en un nivel, a principios del XVI, bastante alto artísticamente como, por ejemplo, el Tríptico de Joos Van Cleve de Agaete y otras muchas pinturas que he podido localizar. Ese descubrimiento fue el motivo crucial de la exposición del año 85 que se hizo en Amberes sobre las relaciones entre Bélgica y España. Hasta ese momento se creía que la extensión de la pintura flamenca acababa en Andalucía, pero yo sostuve que la pintura continuaba bajando por el Atlántico y llegando a las Islas Canarias. Allí causó una gran sorpresa conocer que habían obras en Tenerife y Gran Canaria de pintores realmente excepcionales. Entre ellos, en La Palma hay que destacar a Pierre Pourbus el Viejo, el pintor de Carlos V. Comprobar eso produjo una verdadera sorpresa y sorprendió que en Canarias existiera esta situación. No se conocía con la magnitud que tenía, pero en el 85 se produjo esa sorpresa asombrosa de que existiese una serie de obras procedente de las Islas Canarias de pintores de grandes proporciones y de primera magnitud, fue una especie de impacto internacional. Y para mí fue una enorme satisfacción porque todo eso salió en el catálogo de esa exposición científica imponente. En un principio se centraba en las relaciones entre Flandes y España, pero Canarias apareció en unas proporciones gigantescas.

¿Cuál fue el origen de esa relación?

Esto ocurrió porque existió una sociedad de un nivel muy alto dedicado exclusivamente al comercio del azúcar con relaciones con Flandes. Arrastrando ese mundo del comercio adquirieron obras de Flandes de primera magnitud como las de Joos Van Cleve, Van der Weyden o Pierre Pourbus, pero muchísimos más. Las Islas Canarias se convirtieron en un foco no solo de poderío económico, sino que a la vez tenía una riqueza cultural porque había una gente de bastante sensibilidad para responder y adquirir obras de pintores de primera magnitud. Pintores que eran cotizados por el emperador Carlos V, por el rey de Francia, cuyas obras fueron descubiertas y presentadas para esa exposición realmente reveladora. Así, con Canarias, nos encontramos con unas islas perdidas en las que se crea un comercio importante que no se conocía y con la sensibilidad de gente con posibilidades económicas y de adquirir con cinco o seis pintores de primera magnitud.

¿Qué obra destacaría más especialmente?

En La Palma tenemos a Pierre Pourbus que era el pintor del emperador Carlos V y han aparecido obras ocultadas durante años pero que prueban el impacto y los conocimientos que tenían para poder adquirir arte de este tipo. Demuestra cómo en unas tierras lejanas en África se encontraba un foco o cenáculo de pinturas de primer nivel. Quién iba a decir que Pierre Pourbus, el pintor del emperador, también fuera el pintor de una familia flamenca establecida en La Palma. Son obras encargadas por familias flamencas que se han instalado en La Palma con un nivel social y económico bastante alto y con una sociedad con conocimientos suficientes para esa adquisición. La conferencia que di por el Día de Canarias, que dediqué unas páginas a la pintura de canarias en esta época dentro de la pinturas de esplendor de España. En Tenerife está Hendrick van Balen y El retablo de la Catedral de La Laguna. Fue impresionante y causó bastante impacto en la Academia de Bruselas. Fue maestro de Van Dyck, amigos de Rubens y tan estimado como los más grandes pintores de la historia.

¿Existen más obras por descubrir?

Todavía vamos localizando algunas. Hay que tener en cuenta que aunque se abre el camino de obras flamencas en las Islas lo que llega a nosotros se produce después de siglos de piraterías y guerras, y mucho por el camino se había perdido. Eso significa que en el siglo XVI nos encontramos con una pintura de primer nivel y se han perdido obras de primer orden. En este momento es imposible controlar todo el material bibliográfico.

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