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Maria Rodés Cantautora

«A la industria de la música le queda mucho para ser un ecosistema feminista»

«No me puedo quejar, hemos sobrevivido a la pandemia gracias al formato reducido», admite la cantautora

La barcelonesa Maria Rodés. E. D.

La compositora barcelonesa Maria Rodés recala el sábado en Tenerife para compartir escenario con Dafné Kritharas, Selma Uamusse y Ami Yerewolo en una de las principales jornadas de la nueva edición del Festival Boreal. Con un timbre de voz dulce y un estilo que mezcla la canción de autor con la experimentación compositiva y sonora, presentará su último trabajo, en el que su talento se mezcla con la brujería.


La compositora y cantante catalana Maria Rodés (Barcelona, 1986) llega el próximo sábado al Festival Boreal, en El Sauzal, para presentar su trabajo Lilith, considerado por muchos medios de comunicación especializados como uno de los mejores discos españoles de 2020. La brujería, enfocada desde diferentes puntos de vista, sostiene, a modo de pilar central, todo el álbum en el que la dulzura de la voz de Rodés, una de las más características y destacables del panorama independiente español, parece casar a la perfección.

¿Qué ofrecerá en su próximo concierto en Tenerife?

Voy a trío junto a Marina Tomás y Isabelle Laudenbach, las tres iremos a guitarra y voz. Acústica, eléctrica y española. Tocaremos canciones de nuestro último disco, Lilith, que está inspirado en las brujas. También sonarán canciones de discos pasados. Ofreceremos un recorrido por las canciones que forman mi repertorio y alguna versión.

¿Qué tal le ha ido como artista en estos tiempos de pandemia?

La verdad que no me puedo quejar. Hemos sobrevivido bastante bien. Al principio sí hubo un parón muy importante pero luego, dado que estamos ofreciendo un formato que se puede hacer en espacios reducidos controlando mucho la seguridad, pues he tenido la suerte de tocar bastante. Creo que, dentro de este panorama tan complicado, soy una privilegiada.

¿Qué es lo mejor de estar sobre un escenario?

Es cantar, sin más. Es algo que hago desde muy pequeña y que, además de que me gusta mucho desde el punto de vista artístico, también tiene algo muy terapéutico. Es para mí la manera de expresarme más auténtica y más honesta. Los conciertos son un acto de entrega absoluta que es muy beneficioso para mí.

¿Cómo es el proceso de composición de sus canciones?

Últimamente todo parte de un concepto. El último, por ejemplo, inspirado en el mundo de las brujas y el anterior, en el de la astronomía. Parto de esa idea y cuando empiezo la canción es la guitarra o el piano el que mandan. De ahí sale la melodía de manera natural, una vez ya están los acordes. Luego, poco a poco va saliendo también la letra.

¿Sus discos son rupturistas o continuistas?

Depende de cuál. Hay algunos discos de mi trayectoria que son de ruptura, como el que saqué en 2014, María canta copla. Ese no tenía nada que ver con los que venía haciendo hasta entonces. Pasé de cantautora indie a coplera. Es cierto que en cada disco siempre he probado cosas nuevas, aunque siempre se reconoce mi propio estilo.

¿Podría condensar el mensaje de su música en una única respuesta?

No tengo un mensaje único para toda mi música, porque he hecho muchas canciones y todas tienen su mensaje particular. Si tuviera que condensarlo, seguramente sería el de ser libre, quererse y vivir.

Llega al Festival Boreal en una edición en la que todas las invitadas musicales son mujeres. ¿Qué cree que le queda a la industria por avanzar para que pueda considerarse un ecosistema feminista?

Le queda mucho. Sobre todo dar más valor a las propuestas lideradas por mujeres, no solo en el ámbito artístico, sino en todos los diferentes oficios de la música, desde las compositoras de bandas sonoras, las productoras, las técnicas de sonido… Tiene que apoyar no solo a las cantantes, sino también a los oficios donde muchas veces abundan hombres.

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