Como muchos jóvenes de su edad está esperando la nota de las pruebas de acceso a la universidad para encaminar su futuro, que en su caso pasa por trasladarse a Madrid, aunque sabe que no va a tener problemas con las notas de corte. Acompañado de su guitarra, el tinerfeño Samuel Socas emprenderá a partir de septiembre la segunda parte de una aventura que comenzó a los once años con sus primeras clases de canto, animado por su familia -que le transmitió el gusto por la música y detectó su amplio potencial-, y en particular su madre, su gran apoyo esos años y que se empeñó en que cumpliera ese sueño musical que era el suyo propio porque a ella no le permitieron realizarlo y acabó estudiando Económicas.

Así, a los 13 años se incorporó a las clases de Gustavo Campos en La Orotava, que lo enseñó a tocar la guitarra y el piano, a mejorar vocalmente y, sobre todo, a componer, una forma de expresión que lo atrapó por la necesidad de contar sus vivencias y para expresar sus inquietudes, ya que se considera "una persona con mucha historia", relata a El Día en referencia al rasgo que mejor lo define: la intensidad con la que vive sus experiencias. Sin duda, y como explica con cercana sinceridad, el hecho de haberse criado sin la figura de un padre, que se desentendió desde el principio, condicionó su forma de entender la vida, pero no lo marcó lo suficiente como para impedir que pronto se diera cuenta de cuál era el rumbo que debía tomar, adoptando sus propias decisiones y buscando financiación para sus proyectos.

"No me gusta depender de mi familia, por lo que con el dinero que he ido ganando en los conciertos y a medida que mi público ha crecido me he podido financiar mis gastos. Y mi primer EP, Mi pequeña revolución, lo acabo de editar gracias a un crowdfunding, con Mon Cabrera y Román Brito en la producción", reconoce este artista en ciernes al que le gusta hablar de cerca a la gente que acude a escucharlo, sobre todo si está solo sobre el escenario, donde aprovecha para dejar volar su lado más íntimo, aunque acompañado de la banda no evita los momentos para conectar y hacer disfrutar.

Para ese crowdfunding, con el que consiguió 3.000 euros, escribió lo siguiente en la web en la que lo alojó: "Soy un joven cantautor tinerfeño. Tengo 16 años, pero a pesar de mi corta edad he luchado por mis sueños y he conseguido cosas maravillosas como cantar con Andrés Suárez o Marwan, mis referentes musicales. Me defino como cantautor pero mi música tiene variadas pinceladas musicales de los estilos pop, rock, indie, etc. Mis letras cuentan las vivencias de un joven y su forma de ver el mundo. Sigo luchando por mis sueños y estoy a un paso de sacar mi primer disco profesional, pero necesito tu ayuda para que este sueño, al igual que otros, se haga realidad. Te abrazo entre mis canciones".

Aficionado a escribir poesía desde hace bastante tiempo, género en el que acumula ya unas cuantas composiciones y en las que sigue trabajando con la ilusión puesta en que vean la luz en un tiempo no muy lejano, sitúa su inspiración para crear las letras de sus canciones "en lo que le pasa a un chaval de 17 años en su día a día, como la amistad, lo que uno ve en la sociedad, en la política, en la calle, en los amores. Tiendo a caer en el amor y el desamor, porque es lo que más intensamente se suele vivir, pero he aprendido a desarrollar otras temáticas, sobre todo me gustan las canciones con mensaje, ya que hay mucha música para mover el cuerpo pero no para mover conciencia o el alma", manifiesta, e insiste: "Hay muchas cosas que cambiar, y con la música tengo el poder de transmitir ese mensaje".

Su primera banda fue La Conexión, con la que acudió a Jaén para participar en MusicAula 2017, donde representó a Canarias con su tema La poesía, que le sirvió para llevarse el voto popular que los colocó en la final en la sala Caracol de Madrid.

La Parafernalia es su banda actual, con músicos provenientes del Conservatorio, un grupo más profesional en el que está aprendiendo a pasos agigantados y con el que ganó en El Sauzal el concurso Soplos de Letra: "Nos presentamos a ver qué pasaba, y al principio estábamos asustados por el nivel que había. Yo no soy partidario de los concursos porque la música, más que de competir, es de compartir. He estado en programas de televisión, pero no me gustó lo que vi, mientras que en aquel se valoraba más la letra que la voz o la puesta en escena", admite este compositor de La Guancha que ha acudido hasta en tres ocasiones al castin de La voz, las dos primeras por su cuenta y la tercera fue la productora la que lo invitó a acudir, en un proceso de selección en el que quedó entre los últimos 1.000 de 30.000.

La actuación de la que se siente más satisfecho es la que lo colocó encima del escenario con Marwan, "una experiencia increíble" con un músico que constituye uno de sus principales referentes y al que conoce desde hace un par de años de sus viajes a la capital de España. "En esos encuentros me lo pasé muy bien porque es muy entretenido y divertido; es un sueño hecho realidad".

Pero es Andrés Suárez, del que fue telonero en el Auditorio Teobaldo Power de La Orotava, el que considera su principal referente, además de Diego Ojeda, al que acompañó en el Teatro Leal, y Funambulista, al que precedió en el Aguere Espacio Cultural hace poco. "He venido escuchándolos a los cuatro desde los 13 años, desde que comencé como cantautor, para desarrollar mi técnica y mi carrera", resume Samuel Socas, que estará el próximo 15 de junio en El Búho de La Laguna, a partir de las 21:00 horas.

En Madrid, donde acude regularmente a tocar en algunos locales, estudiará Historia y Ciencia Musical y Tecnología Musical en la Universidad Autónoma, aunque se está planteando un doble grado de Filosofía, que no sabe si podrá compatibilizar con su propia carrera musical, además de otras inquietudes que le gustaría satisfacer.