El cine Víctor acogió El Gran Acto, según Enrique Camacho, al que Cerveza Dorada dedica su cuarto capítulo de los esperados anuncios que inició desde hace diez años. El argumento plantea un viaje al pasado para recuperar la alegría de la fiesta de la máscara que se había perdido en el año 2084. El disfraz, el baile y la actitud consiguen que «el Carnaval vuelva a ser la mágica fiesta en la calle». Spoiler.
Enrique Camacho, el director artístico del Carnaval chicharrero desde 2016 y responsable de la otra gala que de la mano de Cerveza Dorada que se inventó en 2020 –cuando quedó fuera de la torre de control–, demostró anoche en el segundo gran acto que dirige en el cine Víctor con el patrocinio de la referida empresa que se adapta a la fiesta con la misma habilidad de un guante a la mano. A Camacho ‘le dan’ –a modo de ingredientes– un puñado de murgueros y tantas parejas del baile como comparsas tiene el Carnaval y lo sazona con el humor Abubukaka y Aarón Gómez y es capaz de sacar en sesenta minutos esencia de carnestolenda.
A esto se suma el hambre de Carnaval, como se demostró en el cine Víctor anoche, y es capaz de hacer revivir el sentimiento de orgullo se que revivió en la plaza de toros cuando las rondallas interpretaron ‘Bendita mi tierra guanche’, en 1987, bajo la dirección musical del maestro Jesús Fariña y en la gala que inventó otro inolvidable, José Tamayo.
En 60 minutos el Carnaval pasó de música tenebrosa, con la que arrancó el espectáculo de la mano de Abubukaka, para finalizar bailando la banda sonora de Cerveza Dorada, ‘A nuestro ritmo’.
Enrique Camacho se enfrentaba al reto de colocar a los cuatrocientos espectadores del cine Víctor en situación, sin dar por hecho de que todos habían visto en las redes sociales los tres primeros capítulos de la miniserie que propone un viaje al futuro donde no hay Carnaval.
Tras la presentación, donde se encuentra un cachivache a modo de lata de cerveza para viajar en el tiempo con Jennifer, Chachi McFly y el inseparable Aloe Vera –que habla poco, pero siempre certero–, y Álex Mercurio, en el papel de La Lore. Tras ese arranque en el capítulo uno, al cameo de la reina del Carnaval 2020, Sara Cruz Teja, que plantea que para recuperar la fiesta hay que bailar, por lo que se pidió la colaboración en redes de los incondicionales de Dorada. Ya en el episodio tres se chequean los vídeos pero no encuentran suficiente espíritu carnavalero, por lo que se convoca El Gran Acto que se celebró ayer. A partir de ahí, había que engarzar la producción audiovisual desarrollada en redes por La Creme Films con el espectáculo de Enrique Camacho.
El cuarto capítulo que se recreó anoche, el más largo de la miniserie, es un argumento basado en los sentimientos de los amantes de la fiestas que han vivido dos años encerrados por el Innombrable, papel que encarna Carlos Pedrós, de Abubukaka, con el que los maestros de ceremonia, a modo de happening, mantienen un diálogo con él entre el público.
Nada más entrar entre esa música tenebrosa, Víctor Hubara, en el papel de Jennifer, dice que ‘El Gran Acto’ se celebra en el cine Víctor, que lleva el nombre el honor al actor de Abubukaka, golpe de humor con el que abría boca.
A partir de ahí van en busca de esencia de Carnaval, y descubren los restos de la otra gala de Dorada, que se celebró en 2020, que dio paso a la intervención de Guacimara –adicta a la purpurina– que recordó en clave humorística las anécdotas de la peluca de su padre, para referirse a las Fiestas de Invierno. El mono de Carnaval es tal que hasta considera una reliquia la servilleta o el cubierto del paponazo, o los polvos de Taco, una referencia tan simple que le valió al director poner la sensibilidad a flor de piel en su recuerdo a La Palma, con la correspondiente ovación. Guiño murguero, cuando dice que ‘el Carnaval es para hacerte disfrutar’ en referencia al pasacalle trónico y... reina la murga con Zeta-Zetas, con una decena de componentes que se enfundaron hasta sus personajes del hombre fuego, el posit o el hombre espejo... No se sabía si llorar o pedir prestada pa trompeta y sumarse a ellos.
La compañía regaló a los 400 espectadores un disfraz de lata, al puro estilo de Yeray Martín y su grupo
Uno de los grandes del humor, Aarón Gómez, volvió a escena diez años después de su primer anuncio con Dorada para acuñar que «el Carnaval es una locura difícil de explicar», y aportar tres claves para disfrutarlo: disfraces, baile y actitud. ¿Qué le hacía falta a la velada? Santa Cruz ya tiene... y apareció la reina del Carnaval 2020, Sara Cruz Teja, mientras el Innombrable renunciaba a aguando la fiesta a los carnavaleros para demostrar que «pase lo que pase, el Carnaval volverá a ser la mágica fiesta en la calle». En febrero o en junio.