Naomi Cabrera, con la fantasía Volver a vivir, de Alexis Santana para Urbaser; Ylenia Rodríguez, con Historias reales, de José Ángel González para Boutique Infantil Eirlau, y Antonia Garrido, con Aroma a Venecia, de la Asociación de Carnaval NIRA con el patrocinio del Ayuntamiento de Los Realejos, fueron proclamadas por votación popular –a través de SMS– guardianas del cetro en las modalidades adultas, infantiles y de mayores, respectivamente, en el espectáculo de televisión que se emitió la noche del domingo.

El director artístico del Carnaval, Enrique Camacho, consiguió transformar el tradicional formato de elección de la reina que imperaba desde la época de José Tamayo, desde mitad de los años ochenta, y transformar el festival en ceremonia propia al Eurovisión del Carnaval, gracias al formato televisivo que adaptó.

Las medidas de seguridad para evitar posibles contagios por el Covid obligaron esta edición a las autoridades locales a suspender la celebración de los concursos y actos multitudinarios pero no lograron impedir que la gala de elección de la reina se convirtiera en una exquisita tarjeta de presentación del Carnaval donde tuvo cabida desde los protagonistas de diferentes modalidades contando los entresijos y lo que supone la fiesta hasta el esplendor de las actuaciones, en el punto máximo de la demostración de la entrega de miles de personas.

Fue un espectáculo a la altura de un gran programa de televisión, donde Alexis Hernández y Laura Afonso fueron los maestros de ceremonia, en un formato que Enrique Camacho reinventó para mayor gloria del Carnaval y la gente que lo hace posible. Precisamente en una edición en la que está prohibida encuentros multitudinarios, el director de la gala, gracias al proceso de producción previo a través de grabaciones, sorteó los condicionantes sanitarios con grabaciones que, como un puzzle, se montaron hasta dar la percepción de que en el plató de televisión del que se disfrazó el recinto ferial había miles de personas solo entre los participantes, y sin embargo era la suma de actuaciones grabadas.

Enrique Camacho se catapulta a la dirección artística en 2015, cuando realiza una actuación conjunta de murgas infantiles en la gala de la cantera. Esa fórmula que enamoró y le llevó a ponerse al frente de los espectáculos ha sido la punta de lanza de su apuesta para definir en imágenes qué es el Carnaval; esa es la clave de su éxito, el orgullo de pertenencia del que hace a todos partícipes a sabiendas de la complicidad que cuenta con todas las formaciones que integran las diferentes modalidades de la fiesta.

También asumió grandes decisiones que cambian el formato: desde la ubicación del escenario –un viejo anhelo del director– que hace efectivo aprovechando que no puede haber público en las grabaciones, lo que aprovecha para generar un plató de televisión. De Enrique Camacho se conoce su magisterio con los musicales y las producciones artísticas, otra cosa eran los programas de televisión; un examen que aprueba con cum laude el pasado domingo.

También pone orden en la gala y para ello reinventa a dos maestros de ceremonias del Carnaval que vienen a ser la versión 2.0 de César Fernández-Trujillo y Teresa Alfonso; en este caso: Alexis Hernández y Laura Afonso, esta última que podía haber desfilado entre las reinas por porte y con el estilismo que le preparó otro de los avales del éxito de Camacho: el diseñador Leo Martínez.

El espectáculo es el resultado de un trabajo propio de orfebrería artística para sumar a todos

En la aventura televisiva no ha estado solo y durante las tres semanas de grabación ha contado con Jorge Salamanca, realizador de Televisión Canaria, como si se tratara de un miembro más de su equipo. Así, en cada preparativo, se veía como el equipo y el propio Camacho montaban los preparativos y cuando ya estaba todo a punto entraba Jorge Salamanca con su “prevenidos”, previo a la grabación de cada número.

El Eurovisión del Carnaval que emitieron tanto La 2 de Televisión Española a nivel nacional e internacional como Televisión Canaria es el resultado de un trabajo de orfebrería carnavalera, donde la riqueza y el éxito del resultado ha estado en implicar a decenas, cientos de personas del Carnaval, que saben que su presencia era tan fundamental tocando el bombo, en el caso de las comparsas, como en la primera fila.

Las rondallas protagonizaron uno de los números más emocionantes de la velada en el Guimerá

Como si de un seleccionador de fútbol se tratara, Enrique Camacho se reunió con Tano Mujica, director musical de la agrupación Chaxiraxi, para que montara el número conjunto de esta modalidad; y Tano no se limitó a cumplir con éxito el expediente, sino que se creció con una composición; ocurrió igual en las murgas adultas e infantiles, coordinación que encargó Enrique Camacho a Raquel García, y que tuvo en Lolo Tavío, con los niños, y en Pablito Moreno, en las adultas, los artífices del éxito de una actuación cuidada en interpretación; eso sí, con una murga propia de 2021.

O sea, una murga de estudio de grabación que no grita, pero torna el ímpetu de la vena en el cuello en la interpretación para trasladar, máxime cuando se canta con mascarilla y se pierde la expresión y el gesto de la cara.

Para lograr la cuadratura del éxito, los equipo de trabajo que formaron los letristas. En la modalidad infantil, Yone Expósito, Idafe González, Daniel García y Raquel García; en el apartado adulto, el trabajo que desarrollaron Santi Martel, Dani García, Gara García y la propia Raquel García.

La actuación de las murgas infantiles o adultas duró tres minutos y medio o cuatro y enamoró, pero ese tiempo solo es el resultado final de haber implicado durante cuatro meses a los padres y a los niños, y a los mayores, para que en su casa, cada uno por separado, se aprendiera las letras y hasta los movimientos, y luego ir a grabar uno a uno y empastar. Un trabajo que pasa de corrido como la cámara de televisión que hace un barrido en unos segundos.

Entre las joyas, la actuación de las rondallas, otra demostración de la reinversión de la gala de mitad de los ochenta. Por aquella época, el maestro José Tamayo reunión a las formaciones lírica en el recinto taurino para protagonizar una de las actuaciones más recordadas y desde entonces se han repetido en varias oportunidades, hasta convertirse más en una cuota que en una sorpresa.

El espectáculo alternó actuaciones conjuntas con algunos testimonios de sus protagonistas

En la gala de las guardianas, Enrique Camacho se atrevió a sacar la lírica al teatro Guimerá, en un guiño a la bombonera donde se celebraron las primeras galas de la reinas del Carnaval desde 1965 y formó con representantes de orquesta de pulso y púa de todas las rondallas y con miembros del coro de todas las formaciones líricas la rondalla de la gala que, con adaptación de Francis Hernández, interpretó un popurrí de tres obras que dirigió y supervisó el exquisito maestro Israel Espino, el nuevo Faustino Torres de El Cabo. Y sin embargo, su presencia casi pasó inadvertida, pero el resultado del trabajo fue evidente y no pasó inadvertido para quienes vieron a las rondallas de toda la vida de una manera diferentes. Con Candelaria González, Pancho Corujo o Celso Albelo pletóricos tanto en sus obras como en la caracterización, junto a la docena de solistas de las formaciones que entraron en liza. Complicado satisfacer y dar cabida a todos. ¿Que se echaron de menos algunos? Sí, como Argelio Bermúdez, pero el orgullo del carnavalero está en saber que gracias a la entrega de gente como Lelo Bermúdez, entre otros exponentes, hoy el Carnaval puede presumir de rondallas.

Ocurrió igual con las comparsas. Enrique Camacho pivotó sobre el coreógrafo y el director musical de Cariocas, ganadora del primer premio de Interpretación y de Ritmo y Armonía de la pasada edición para el montaje, y el resultado fue apoteósico gracias a la confirmación de la gran comparsa integrada por representantes de las nueve formaciones de cuerpo de baile y parranda del Carnaval que desbordaron la terraza del recinto ferial para recrear un ritmo y armonía. Eran sesenta componentes y parecía una comitiva centenaria que hacía bailar hasta los cimientos del recinto, con el Auditorio como testigos de excepción.

La configuración de la gala como espectáculo televisivo también incorporó otro añadido: los diferentes platós que se generaron fuera del lugar; de alguna forma Enrique Camacho hizo suya la canción de Zeta-Zetas para teletransportar al espectador a los escenarios naturales de la fiesta, como ocurrió con el balcón de la plaza de España, la terraza del Olympo, que recreó un baile de Carnaval con diferentes cantantes y orquestas canarias.

La gala de las guardianas al cetro fue un espectáculo con triple salto mortal en su concepto: tan pronto incorporaba actuaciones de las modalidades del Carnaval, para presentar qué son y cómo actúan las agrupaciones musicales, las comparsas, las rondallas y las murgas adultas e infantiles, como para exportar los altares de la fiesta de la máscara, como la plaza de España o los aledaños del recinto.

Los diseñadores volvieron a los trajes sin ruedas, como era práctica habitual hasta el año 1996

Y en esa triple complejidad que asumió el director, incorpora a ocho presentadores de televisión y radio para mostrar las aristas de la fiesta, y luego se cuela hasta las tripas del Carnaval para conocer, en plan documental, cómo se vive o se siente la fiesta... casi casi como poner una cámara a las célebre noches de Carnaval de Radio Club Tenerife con José Antonio Pérez, Pilar Socorro –una de las periodistas que también estuvo– y Juan Luis Calero con su galería de personajes.

Precisamente esa nota de humor también la reivindicó Enrique Camacho con clásicos del Carnaval y del espectáculo local, caso de Darío López y Abubukaka, que recrearon el centro de control de votos sin miedo a caricaturizar con su actuación deslices que han dejado algunos grandes presentadores que han venido desde la Península, y que también participaron ayer rememorando alguna de sus intervenciones en galas.

En el carrusel de carnavaleros, Enrique Camacho muestra que los participantes no están elegidos al azar. Ni las voces y participantes en las agrupaciones musicales, con un José Víctor Afonso, de Los Yuppies, entre otros, en la primera fila; o carnavaleros de pro y fácilmente identificables que abren su corazón para explicar qué significa para ellos la fiesta, con una Yurena Delgado La Negra, de Salsabor, totalmente emocionada o Luis Maya El Medusa, contagiando pasión por la murga y por la fiesta en general. Imposible no sentirse identificado aunque le televidente no saliera en pantalla, porque gran parte de las personas que aportaron su testimonio o son conocidas o contaron un testimonio como podían haber aportado cualquiera de los más de seis mil carnavaleros que integran el centenar de grupos del Carnaval.

1.- Naomi Cabrera Pulido, guardiana del cetro (18,89%). Reina del Carnaval 2011, con la fantasía: Cien años de historia, de Leo Martínez. Diseñador en 2021: Alexis Santana Fantasía 2021: Volver a Vivir. Representa: Urbaser.

3.- Priscila Medina Quintero (16,23%). Reina del Carnaval 2019, con La Nuit, de Sedomir Rodríguez . Diseñador 2021: Sedomir Rodríguez Fant. 2021: Tú y yo, Carnaval. Representa: CC Alcampo La Laguna.

2.- Amanda Perdomo Sanjuán, (16,55%). Reina del Carnaval 2014, con Poderosa Amazona, de Daniel Pages. Diseñador 2021: Daniel Pages Fantasía 2021: La Reina del Amazonas. Rep: Mc Donald’s y EL DÍA.

4.- Adtemexi Cruz Hernández (8,9%). Reina del Carnaval 2015, con la fantasía: Áurea, del creador Jorge González. Diseñador en 2021: Jorge González Fantasía 2021: Regresar. Representa: Fuentealta.

6.- Soraya Rodríguez Castro (6,14%). Reina del Carnaval 2013, con la fantasía: Volare, de Saliarca Creativos. Diseñador 2021: Santi Castro Fant. 2021: Que la vida la sientas vivir. Representa: CC Añaza Carrefour.

5.- Cecilia Navarro Arteaga (8,55%). Reina del Carnaval 2016, con la fantasía: Arena Blanca del Desierto, de Daniel Pages. Diseñador en 2021: Borja Abreu Fantasía 2021: Recuerdos. Rep.: Clínicas Dorsia Santa Cruz.

7.- Elizabeth García García (6,08%). Reina del Carnaval 2007, con Miss Dior, de Leo Martínez. Diseñador 2021: Alfonso Baute Fantasía 2021: Cataleya. Rep.: BIOMCA Química y El Trompo Multicentro Comercial.

9.- Neólida Hernández Martín (4,68%). 9.- Neólida Hernández Martín (4,68%)

8.- Carmen Laura Lourido Pérez (5,86%). Reina del Carnaval 2018, con Renacida, de Jorge González. Diseñador en 2021: Tin Quintero. Fantasía 2021: Resiliencia. Rep.: Ferreterías Castro Delgado y Las Pirámides.

10.- Silvia González Rodríguez (3,28%). Reina de 2001, con la fantasía: Talismán, de Juan Pedro Quintero. Diseñador 2021: Yeray Díaz Fantasía 2021: Memorias del Carnaval. Rep.: ID Ortodoncia y Noir Blanc.

12.- Alicia San Juan McNulty (1,77%). Reina 2010, con En el País de las Maravillas, de Leo Martínez. Diseñador 2021: Cavi Lladó Fantasía 2021: Un sueño invernal. Representa: Ferretería Prefabricados Araya.

11.- Ana María Tavárez Mata (3,06%). Reina 2009, con Embrujada, de Leo Martínez. Diseñador en 2021: Jonathan Suárez Fantasía 2021: ¿Saben quién llegó…? Yo. Representa: Gabinete de Estética África y Vicky.

Arranque por todo lo alto

El inicio de la gala fue lo suficientemente arriesgado para percatarse el espectador que Enrique Camacho no iba de hermanita de la caridad en la gala de las guardianas. Confiar el opening del espectáculo al cantante estrella, en este caso el intérprete mexicano Carlos Rivera, suponía pone de entrada muy alto el listón. Y además, buscando empatía, pues no se limitó a que el cantante saliera al escenario del recinto ferial, sino que lo envolvió en el encuentro con la reina del Carnaval 2020, Sara Cruz Teja, quien hizo de anfitriona y compañera de viaje para realizar un recorrido en coche desde el mirador de Los Campitos hasta el interior del Centro de Ferias y Congresos, donde ya mostró uno de sus temas de su disco Guerra adaptado a la esencia del Carnaval, para luego salir a la reina, quien invitó al público a disfrutar de la fiesta; encima Sara Cruz Teja, que además de soberana es la nieta de Lali Sierra, presidenta y fundadora de una de las primeras agrupaciones musicales del Carnaval.

Poner tan alto el listón en el inicio del espectáculo era una apuesta complicada que asumió Enrique Camacho. En ese momento, solo cabía dos opciones, que el espectáculo se le fuera de la mano y el resto de intervenciones no estuvieran a la altura o demostrar que gracias a la producción previa el Carnaval está a la altura de un formato de televisión como el que se disfrutó el pasado domingo.

Sirva a modo de ejemplo el inicio y la finalización de la velada. Para arrancar, Carlos Rivera, con la reina del Carnaval; para cerrar, actuación conjunta de las murgas adultas que dieron paso a un una declaración de amor en forma de canción que protagonizó media docena de intérpretes canarios para, ya a modo de apoteosis, cerrar con “Yo viviré” y “La vida es un Carnaval” de la mismísima Celia Cruz, referente del Carnaval de 1987 cuando se batió el récord Guinness. Fue una exhibición de esencia de la fiesta de la máscara.

Y a mitad de camino entre esos dos soportales, Carlos Rivera y las murgas y los cantantes canarios, el director artístico mostró la esencia del Carnaval, unas veces desde un perfil mas íntimo y otras, como punto álgido y máxima expresión, de la mano de las actuaciones conjuntas.

Entre las frases más recurridas en las redes sociales de aquellos perfiles que celebraban el resultado del programa, la máxima: “esto ha venido para quedarse”, en referencia al programa de televisión versión Eurovisión del Carnaval en el que transformó las galas de antaño de la plaza de toros. El domingo, con los mismos elementos, la forma de presentarlo enamoró y cautivó.

También bajo esa máxima que invita a la reflexión y buscar un nuevo horizonte, los trajes de las reinas del Carnaval.

Una de las grandes variantes de esta edición es que la participación de aspirantes estaban condicionadas al requisito de que fueran reinas en las dos últimas décadas. Además, los diseñadores trasladaron con anterioridad a la organización su preocupación por el contraste que se podría dar entre la suntuosidad y riqueza de las fantasías en medio de una crisis económica provocada por el Covid y soportada por miles de personas. Este fue el principal motivo por el que los creadores de los trajes se comprometieron a realizar fantasías sin ruedas; la coletilla de sin rueda les garantiza la necesidad de recortar el volumen de los trajes, lo que también se tradujo en una nueva forma de desfile, más propia como la que caracterizada los festivales de los años ochenta y noventa, hasta que en 1996 Justo Gutiérrez incorporó con Ra las ruedas.

2.- Amaia Hernández Perdomo, candidata infantil (30,84%). Reina infantil 2017 con la fantasía: Contigo Aprendí, de Tin Quintero. Diseñador en 2021: Eduardo Martín Fantasía 2021: Enmascarada Representa: Cash and Carry Julián Hernández.

3.- Ayelén Pierchurowicz Lutzardo, candidata infantil (19,54%). Reina infantil 2018, con la fantasía: Y en este jardín, la Reina soy yo, de Borja Abreu. Diseñador en 2021: Borja Abreu Fantasía 2021: Mademoiselle, Voici le Carnaval!.

4.- María Cañadas González (19,32%). Reina de los mayores 2016, con la fantasía: Dos Gardenias, de Miguel Cañadas. Diseñador en 2021: Antonio Santos Arteaga. Fantasía 2021: La Guardiana de la Vida. Representa: El Corte Mágico y Canarias Autosostenible.

5.- Concepción Hernández (8,62%). primera dama 2020, en rep. de Águeda Méndez, reina mayores 2019, con la fantasía: Contigo, de Javier Caraballero. Diseñador en 2021: Williams Díaz. Fantasía 2021: Baile de máscaras en el folie bergère. Representa: WLA Flor.

1.- Antonia Garrido Francés, guardiana del cetro de los mayores (26,82%). Reina de los mayores del Carnaval 2019, con la fantasía: Soy Fortuna, de Antonio Santos. Diseñador en 2021: Asociación del Carnaval NIRA. Fantasía 2021: Aroma a Venecia. Representa: Ayuntamiento Los Realejos.

2.- Rosenda Campos (24,22%). Reina mayores 2015, con Mantra, de Samuel Curbelo. Diseñador en 2021: David Hdez. Fantasía 2021: Yo soy chicharrera. Rep: Radio 6, Teresa J. Centro de Belleza, Carpintería Metálica Labragón y El Gran Chaparral, Restaurante y Eventos.

1.- Ylenia Rodríguez Domínguez, guardiana del cetro infantil (18,89%). Reina infantil del Carnaval 2019, con la fantasía: Entre el pasado y el presente, de Santi Castro. Diseñador en 2021: José Ángel Ramos González. Fantasía 2021: Historias reales. Representa: Boutique Infantil Erilau.

Fantasías adultas

En el caso de las fantasías adultas, el máximo permitido fue de tres metros y medio de altura, igual de ancho y fondo; mientras que las candidatas mayores se recordó a tres y en las niñas, a dos y medio. En total participaron doce reinas adultas –la soberana más decana, Silvia González, proclamada en 2001–, tres infantiles y cinco de los mayores.

El hecho de que fueran reinas las que desfilaban llevó a algunos, caso de Daniel Pages, a recrear en versión reducida el traje que lució Amanda Perdomo, cuando vistió Poderosa Amazona; en cualquier caso la pluma se convirtió en el material cómplice para dar mayor volumen a los trajes y garantizar que se trataban de fantasías que podían cargar las propias chicas.

Otra de las novedades, la implantación del voto popular, otro de los anhelos de Enrique Camacho, en aras de incorporar dosis de emoción durante la votación. Fuentes de la organización de la gala confirmaron ayer que se registraron un total de 20.000 votos, de los cuales casi 4.000 fueron discriminados ya que se habían remitidos duplicado; no obstante celebraron el dato de que 16.000 personas participaran en la elección por sistema SMS de las guardianas del cetro hasta la próxima edición.

Otra novedad en el formato que se presentó la noche del domingo: por primera vez se procedía a la elección de guardianas –antes reinas– de tres categorías a la vez, y el temor a que existiera un desfase quedó en el olvido, en buena parte, por la calidad de los diseños presentados en niñas y mayores, y en especial también en la exquisita selección musical utilizada.

La música también tuvo su protagonismo, y no solo por el broche final de los cantantes canarios, sino en el momento del desfile de reinas que optaban a ser guardianas. Se dio la circunstancias que mientras Santi Castro se decantó por el himno del Carnaval de Las Palmas, Jorge González utilizó para el desfile de su reina la sintonía del Santa Cruz en Carnaval.

Fueron casi tres horas de un espectáculo trepidante, donde todas las modalidades de los grupos del Carnaval, y algunos de sus protagonistas, fueron claves para convertir la elección de la reina en una ceremonia que, además de elegir sus guardianas del cetro, muestra qué es el Carnaval de Santa Cruz y alimentar el sentido de pertenencia y el orgullo por formar parte de él.