Anoche estuve hora y media sumando facturas de proveedores de mi cantina y casi me vuelvo loco porque tenía tantas pendientes de pagar que casi me pasa como a la organización del concurso del Norte, que se hicieron un lío al sumar y alteraron el orden de los premios a las murgas ganadoras. Lo que no varió es el proveedor que quedó primero: El de las garbanzas que me prepara mi madre.

Quizás también me hice un lío por la inquietud que me produce el hecho de que haya llegado ya el día "D", el día que muchos estábamos esperando para ver si la apuesta del nuevo concejal por darle la responsabilidad de las galas a Marco y María saldrá bien o resultará un fiasco.

Algunos clientes de mi cantina andan preocupados, de cara a la Gala de esta noche, por varios motivos: El primero porque la gala inaugural estuvo bastante sosa, fría, apagada, dicen que lo que menos tuvo fue Carnaval. Luego llegó la infantil que tuvo luces y sombras; sombras como la organización o los fallos técnicos y luces como el hilo argumental o la corta duración, si bien en esto último ayudó el escaso número de candidatas, lejano de las casi cuarenta aspirantes que llegaron a tener algunas galas infantiles de hace años. Tampoco causó especial sensación la "gala de la eterna juventud"; el escepticismo es lo más que ha predominado en mi negocio. Pero lo que más nos inquieta, quizás sean las declaraciones de los propios directores en las que nos advierten que la gala no nos va a gustar a todos, algo que puede resultar una obviedad, pero que deja entrever una falta de convencimiento en su propio trabajo que nunca vimos en directores anteriores.

Hoy es el día; esta noche sabremos si valió la pena renunciar al buen sabor de boca que nos venía dejando Enrique Camacho, y dar la alternativa a gente nueva, sin experiencia, pero con muchas ganas. Hoy toca atender a mis clientes con la mirada puesta en la tele porque ha llegado el día "D", el día "D" la gala.