Medio millar de músicos, la mayoría disfrazados y con ganas de pasarlo bien, recorrieron ayer parte del centro de Santa Cruz al ritmo de batucadas, acompañados de familiares, amigos y de numerosos espontáneos que no querían perderse la fiesta. Comenzaron en la plaza de Weyler y acabaron en la del Príncipe, donde ya distintas bandas y orquestas se agruparon para convertir este emblemático espacio en una sala de baile de los años 50. En esta segunda edición de la iniciativa La Música se Mueve, organizada por el Conservatorio Profesional de Música y por el Gobierno de Canarias, con la colaboración del Ayuntamiento chicharrero y del Cabildo tinerfeño, los alumnos de este centro ofrecieron un concierto participativo y abierto lleno de sabor carnavalero.

Numerosas personas disfrutaron de esta particular fiesta, que se enmarca dentro de las II Jornadas de Buenas Prácticas del citado centro, con las que se pretende acercar a los ciudadanos parte del trabajo que se lleva a cabo, durante el curso escolar, en el Conservatorio Profesional de Música, involucrando a profesores, alumnos y padres, así como a todo aquel que quiera sumarse. Los únicos requisitos que se pedían para acompañar a los alumnos era acudir con un disfraz de Los coquetos años 50, tema en el que se inspira en esta ocasión el Carnaval de Santa Cruz, y llevar un instrumento de percusión casero.

Participaron alumnos de todas las edades y de todas las especialidades, como cuerda, metal y percusión. Tras la batucada que recorrió algunas de las calles del centro, ya en la plaza del Príncipe, los alumnos del Conservatorio consiguieron hacer bailar al concurrido público al ritmo de rock and roll, chachachá y samba, entre otros bailes. El concierto contó, incluso, con parejas de baile de distintas academias. Asimismo, los asistentes también disfrutaron de algunos de los temas más conocidos de la película Grease.

La concejal de Cultura en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, Matilde Zambudio, de Ciudadanos, aseguró que esta iniciativa, La Música se Mueve, "ha llegado a la capital para quedarse". "Se trata de una actividad muy positiva, pues los alumnos del Conservatorio Profesional de Música pueden sacar a la calle su talento y enseñar al público lo que han aprendido. Asimismo, la ciudad se llena de cultura y de música. Este año, además, esta iniciativa se ha unido al Carnaval chicharrero, anunciando que casi ya está aquí, en la calle", indicó.