¿Cómo arranca la murga este año?

El año lo empezamos con incorporaciones, con algún otro cambio, pero bien, motivados.

Esos cambios son importantes, sobre todo en los letristas.

Son incorporaciones, porque vuelve Pechi a la murga y viene Aíto también, pero se unen para sumar, para dar un toque diferente. Mejor dicho, son iguales, pero cada uno entiende de una manera y esas dos formas de escribir hacen que el repertorio guste más a la murga.

¿No habrá cambio de estilo entonces?

Ni mucho menos.

Da la sensación de que La Traviata seguía una evolución que llegó al reconocimiento con TraviataLas señales,

Hombre, hubo que hacer algo porque entendíamos que podíamos habernos equivocado, en planteamientos o en algo, y decidimos adaptarnos un poquito. Parece que nos salió un poquito bien.

Dice que al menos este año está la murga contenta...

Sí, y además al cien por cien. Sabes que en la murga el primer tema que te llega, a los tres meses estás hasta las narices de cantarlo y este año no nos sucede. El repertorio gusta, habrá detalles que no, pero en general a todos nos gusta y todos estamos muy contentos.

Eso tiene un hándicap, ¿cómo elige qué llevar a fase y qué guardar para la final?

Eso lo sabemos ya, lo tenemos claro, pero tras la presentación o de puertas abiertas ya veremos, según las aportaciones o las reacciones que vengan, si es necesario cambiar, porque el planteamiento de estar aquí encerrados no es el mismo que el de alguien que lo oye por primera vez.

Con todo eso no me puede decir que el reto es divertirse...

Lógicamente es uno de los objetivos, pero el principal es plantarnos en la final. Y si se logra habrá que esperar, a hacerlo bastante bien y que una de las mal llamadas grandes patine un poco o no lo haga tan bien. Es meter el codito como otros años, hacerlo dentro de nuestras posibilidades y esperar a los demás, que son ocho que también van a hacerlo lo mejor posible.

¿Cuál es el enemigo a batir?

La Traviata. Nuestro objetivo es volver a estar en la final y el primer paso depende de nosotros.

Hablaba de incorporaciones, pero también han tenido bajas, hasta uno de los números más cortos de componentes.

Hemos tenido menos, en 2010 éramos 55 apenas, y en 2011 poco más. Pero las bajas se suceden porque sí, porque hay componentes que se va a otras murgas, otros que no comparten las normas, otros que les molesta ponerse las pilas, y otros que por descontento deciden irse. Por donde mismo entraron se van. Hay componentes que te dan pena porque les tienes estima y otros que vienen con un cartel puesto en el cogote de estrella y al final aquí se estrellan. Con lo que hay, para mí, lo agradezco en el alma, menos componentes es más tranquilidad para mí.

Más allá de La Traviata, uno de los cambios de este año está en el público de la final con cierto aforo de pie, ¿qué le parece?

No lo veo, soy reacio a los cambios radicales, y tampoco es que esté del todo informado. No aguanto un concurso entero de pie, no es un concierto y creo que además más bullicio del que se genera estando sentados. Puedo estar equivocado, hasta que no lo vea... Siempre nos oponemos a ciertas cosas, habrá que dejarlo y opinar según el resultado.

Se supone que al menos es buena noticia porque se amplía el aforo, ¿no?

Sí, esa parte puede ser genial, pero hay que ver muchas cosas, por ejemplo si la seguridad lo permite y se consigue un resultado óptimo, para todos bienvenido sea.

¿Qué recuerdos le deja Gladis de León como concejal?

Me los quedo para mí, es otra persona más que ha estado en Fiestas. Agradecerle lo positivo que hizo y en lo que no llegamos a concordar pues hay que tener en cuenta que todos nos equivocamos.

¿Y qué sensación le da el nuevo, Andrés Casanova?

Está haciendo las cosas objetivamente como le toca al concejal, pero también como usuario del Carnaval, está tratando de hacer cambios y algunos muy positivos, pero habrá que esperar si acierta, que entonces ganaremos todos. Por lo pronto le está dando una objetividad sin perder de vista que es usuario del Carnaval.