Sin pretenderlo, pero Bambones acaba generando desigualdad en la primera fase del concurso de murgas adultas del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife. En un broche de oro a una eliminatoria que hasta ese momento había ofrecido menos de lo esperado, el grupo de Primi Rodríguez se desquitó por completo de su eliminación de 2018. Lo hizo con dos temas prácticamente redondos, sin fisuras, reconocibles y muy de su estilo. Yendo de menos a más y con un broche espectacular sacando sobre las tablas a un nutrido grupo de exmarchilongas que dio continuidad a su alegato sobre la igualad de género. Los de El Cardonal buscaban la paridad pero, paradójicamente, acabaron generando una enorme diferencia respecto al resto. De ese resto escapan Trapaseros y Diablos Locos, que son llegar al nivel que se le presupone sí ofrecieron argumentos como para luchar por un hueco en la final del viernes

Trapaseros

A los realejeros, como el año pasado, les tocó estrenar las eliminatorias. Y lo hicieron con la potencia de siempre. Da igual que delante esté o no Juanka López o que su registro de empadronamiento se encuentre o no en Santa Cruz. 'Perdonen, pero este sitio ya está okupado' fue su primer tema, donde abordaron, en tono crítico, la "necesidad" de muchos de ocupar una vivienda para "escapar" de una "maldita ley" y un "gobierno que no escucha". Diferentes ópticas para denunciar la indefensión de aquellos a los que les ocupan la casa, la de las fuerzas de seguridad encargadas de los desahucios cuando son solo "unos mandados", o el que tiene que dormir tapado con un cartón. Pivotaron sobre el significado de ocupa para tratar temas como las colas de la autopista o el monumento de Franco. Mucha fuerza y ritmo, muy por delante de un contenido que lejos de de aprovecharse de esta impronta se quedó muy atrás y lastró el tema.

Fiel a su estilo de explotar las artes escénicas, Trapaseros tiró esta vez de otro musical para parodiar el Bohemian Repsody de Queen: Rapsodia al estilo Trapa. Fue su percha, bajo la piel de Freddie Mercury, para solidarizarse con las penurias del autónomo, criticar las colas de la Autopista del Norte (con dos viajes a Fernando Clavijo), o el alto coste de las tarifas de Endesa. Subieron el tono para ponerse serios en relación al maltrato. "¡Basta ya!", exclamaron en forma de petición antes de continuar por la misma línea con los casos de bullying escolar. Musicalidad notable, melodías bien escogidas acordes con el homenaje a la mítica banda londinense, y buenas coreografías tanto en fila como delante de la murga. Pero como en su primera canción, a los realejeros les faltó algo para explotar. Un algo que lejos de llegar en forma de salto de calidad de letra (hicieron una especie de resumen de lo ya cantado) se vendió por completo a su potencia vocal. Sin desentonar en absoluto, quizá su paso por el escenario fue el mejor paralelismo del luminoso Show Must Gon On con el que adornaron su canción.

Diabólicas

En su segundo año de concurso, Diabólicas arrancó como no podía de otra forma, brindando su entrada y pasacalles a Bolodia Morales, madre de su directora Laly Carvajal, recientemente fallecida. Empezaron con 'Si de todo te quieres enterar, a estas detectives debes contratar' en el que cupo de todo€ y sin demasiado orden. Pasaron de los desfalcos de la monarquía a la prohibición a entrar carritos a los concursos, de ahí al maltrato a la mujer, y a continuación a los responsables de Servicios Sociales. Vuelta a la monarquía, y a la discriminación laboral de la mujer antes de rescatar la figura del detective de la que no se supo en buena parte de la canción. Sin grandes alardes, fueron de menos a más y se las voy seguras musicalmente.

Recrearon a continuación un internado escolar con el que trataron de hacer reír. Pero entre que escenificaron situaciones cotidianas más que manidas, y que sus intentos de chistes no llegaron nunca por mucho que se esforzaron en desvirtuar su personaje (acampada con botellón), el tema se perdió. Salvaron su actuación en un final de interpretación a modo de despedida, con un solo, de mucho ritmo y potencia.

Ni Muchas Ni Pocas

Cerca de cumplir la veintena salieron en tercer lugar las fruteras de Ni Muchas Ni Pocas, bajo la dirección de Laura Sierra, con batucada incluida en la presentación. Sus escasas 41 componentes se vistieron de maniquíes para su primer tema. La propia escenificación las lastró hasta bien entrada la canción, a lo que añadieron dificultad en algunos montajes musicales para complicar su inteligibilidad. Relatan que por su tienda han visto pasar a Ani Oramas o a "murgueros chaqueteros". Ganaron algo con un tono más crítico cuando denunciaron las discriminaciones que sufren las personas en función a su peso.

'Entre oposición y oposición, y tiro porque me toca' fue su segunda interpretación. Arrancaron con un rajazo contra los funcionarios, siguieron con una sucesión de posibles asuntos a estudiar, para tratar de hilarlos con temas de actualidad ("Medio ambiente para ganarle la batalla a los chiringuitos de mi playa") y denunciar las vicisitudes que pasan los aspirantes a algunas materias como enfermería y policía. El tema acabó siendo un batiburrillo ("Somos funcionarios del Carnaval", fue su final) en medio de pasajes que apenas se entendieron. Tuvieron que lidiar con la indisposición, en medio de la actuación, de una de sus componentes, que tuvo que dejar el escenario en camilla.

Diablos Locos

De dandy llegaron Diablos Locos, el primer plato realmente fuerte de la noche. Con una fantasía que parecía la hacendada de 2016 (la del Johnnie Walker) y con una presentación rumbera, su pasacalle ya hizo que la grada se rindiera a unos trónicos tan fuertes como siempre.

Esa potencia, al menos vocal, se disparató con 'Cadena de favores'. Arremetieron contra el jurado por la exigencia a la hora de evaluar, y criticaron "el fanatismo" de la grada. "Lo que querían ocurrió el año pasado [en referencia a la no presencia en la final de Bambones] y también se quejaron€ Hay vida más allá del Carnaval". La cadena siguió de Gladys de León a la Televisión Canaria, cargando contra su desprecio a algunas agrupaciones carnavaleras, o a la escasa cobertura del canal al incendio de verano en el Hospital de La Candelaria. Le siguió el turno a Bermúdez, al que alabaron por su gestión de la compra de los pisos de Añaza, pero al que también criticaron por el abandono a otros barrios o la desaparición de los antiguos quioscos de Las Teresitas. Pese a que trataron de buscar el aplauso fácil y reiteraron su intención en un final que bien parecía una despedida piropeando a la afición, su tema no caló€ al menos lo esperado. Musicalmente también estuvieron incómodos de principio a fin.

Con 'Las diablas de Efraín Secret', y pese a amargar de entrada con 10 modelos profesionales, escenificaron una pasarela muy particular. De su inconfundible sello. Por ella pasaron desde un murguero de los SaryMánchez que "estaba escondido en el Recinto desde el año pasado", la Familia Real (con aparición del VAR fútbolistico), o políticos como Ani Oramas y Luisi Castro€ El clásico cajón de sastre de Diablos en el que importaba más lo que se veía delante que la letra en sí. Tras haber arrancado las primeras carcajadas de la noche, los de Masi dieron un giro de 180 grados para ponerse más serios en un alegato por romper los cánones actuales de belleza. "No dejes que nadie te imponga las medidas", expresaron antes de su momento culmen. Entrada en escena (con elogio incluido a Efraín Medina) de las reinas del año pasado y de los principales diseñadores de la fiesta chicharrera, "capaces de crear un milagro cada Carnaval". De poco importaba que Diablos continuaran sin estar a un nivel siquiera aceptable en el apartado musical, porque los de Cuesta Piedra (de una forma o de otra) se habían metido al respetable en el bolsillo. Habían tocado la fibra de lleno. Quizá por un mecanismo y tirando de personajes habituales en murgas pequeñas, pero ellos tienen la virtud de engalanar como nadie este tipo de artilugios. Debería bastarle, de sobra, para estar en la final.

Tras con Tras

Escuchar el pasacalles de Tras con Tras sigue siendo delicia murguera, independientemente de la hora y el sitio. Las de Melca Barrera se vistieron de sobradas ('Que no se respire miseria') en su primer tema para poner en contraposición las apreturas económicas de la mayoría de los ciudadanos con los dispendios que se puede permitir su personaje. Trataron de comprar al jurado y pidieron "sillas acolchadas" para la afición. Más serias cuando enfocaron mejor sus dispendios para repartir "humildad a los políticos" y recursos para la sanidad o colectivos como la tercera edad. Buena idea a la que quizá le faltó explotar un poco más ese giro final.

'Coge mi mano', su segundo tema, fue un canto a la igualdad entre el hombre y la mujer en contra de ciertas normas que se dan por sentadas desde hace décadas. Desde la infancia (el hermano que no hace lo mismo que la hermana), los celos y maltratos en las relaciones de parejas jóvenes, hasta llegar a la anciana que por fin estalla para no callar más los desprecios y abusos durante años de su marido. Homenaje a todas aquellas mujeres asesinadas por violencia de género. "Necesitamos reaccionar", expresaron. Pese a que no llegaron a explotar tocando fibra, no decayeron en ningún momento y gracias a una enorme fuerza vocal (y mucha limpieza en la ejecución de su letra) cerraron una actuación de la que pueden sentirse más que satisfechas.

Ni Pico Ni Corto

Si el pasacalles es uno de los sellos de Tras con Tras, también lo es el 'Paseando€' de Ni Pico, los sextos de la primera fase. Los de Carlos Estévanez llegaron con una fantasía muy elegante. '11 F, el día de mi declaración' fue la historia de un joven cualquier que se va a vivir solo y que defiende costumbres y señas de identidad canarias, como el gofio, las papas arrugadas y la bandera de las ocho estrellas verdes. El esqueleto de su tema, en un desarrollo típico de los de El Toscal, les sirve para dejar alguna perla irónica, arremeter contra Ferrá Adriá por su "puchero independiente", la factura de Endesa, y personajes como Quique Calleja que "la fama buscan desprestigiando mi tierra". El tema cambió de rumbo cuando su repetido latiguillo se transformó en "los dependientes que no tienen nada, olvidados por Coalición". Se echó en falta algo más de potencia y gancho final.

Abrieron una particular óptica con 'Si te falla la vista, soy tu oculista'. Por ella pasa Fernando Clavijo para hablar de nuevo sobre el 'Caso Grúas' o diversos personajes clichés reconocibles, como el aquel que "no se quita las gafas ni para cagar". De mejor o menor calidad, con más o menos profundidad, Ni Pico siempre trata de aportar algo en casi todas sus frases. A esa propuesta continua los de Estévanez dejan hueco igualmente para que la grada participe en sus temas. Todo antes de cambio de rumbo hacia temática más seria, como la de "dar gafotas a los jueces" para evitar más maltratos. La suya parece una fórmula, sencilla, y casi siempre con el mismo patrón€ pero funciona. Y esta vez, aunque quizá con menor pegada que en otras fases, lo volvió a hacer. Y el 'Chicharrero de corazón' siempre suma para ponerlos en la rampa hacia cotas mayores.

Bambones

Sin que Ni Pico se hubiera bajado aún de las tablas ya media grada entonaba, con las palmas, los acordes del pasacalles de los más esperados. Unos Bambones que a la una de la madrugada debían desquitarse de su eliminación del año pasado. Con el Recinto puesto patas arriba desde su entrada todo debía ser más sencillo para los de Primi Rodríguez.

'Esclavo del Siglo 21' fue una perfecta recreación de las ataduras de una "sociedad que vive en libertad pero con cadenas", como las del "trabajo, la hipotética, la moda, el Netflix y tu suegra". El tema cogió altura con la crítica a las redes sociales y da un salto aún mayor cuando abordó la temática del móvil, con varios y potentes golpes de efecto incluidos. La murga en peso del escenario se baja en peso en busca del teléfono, interactúan con la grada y la linterna, y piden usar el aparato de manera inteligente en beneficio de la asociación Pequeño Valiente. Añaden otra notable parodia con diferentes titulares de prensa sobre las colas de la autopista, y acabaron tirando de sentimiento. Pese a que habían ejecutado un tema con más parones de los habituales en ellos y su final no fue totalmente explosivo, los Bambones ya había marcado diferencias con el resto.

Si reconocible fue su primer tema, más aún lo fue el segundo, en el que abordan de una manera muy singular, y brillante, la cantidad de colectivos que recientemente se vienen sintiendo ofendidos por una u otra razón. Pero sobre todo, lo bordaron con la problemática del lenguaje sexista. Como en sus mejores canciones, Bambones enlazaba con sentido un tema con otro sin apenas gastar más de una frase. Defendieron, a ritmo de pasodoble, la "esencia la desobediencia" del Carnaval, que "siempre es grosero" y más aún las murgas "que son provocación". Los de El Cardonal ya habían dejado atrás los problemas vocales que salieron a flote en su entrada y el primer tema, y parecían lanzados.

Pero quedaba lo mejor en su intento de "evitar la confusión" con la A y la O dentro del lenguaje sexista, una vertiente que les sirvió para defender a capa y espada al sexo femenino. "Ya está bien de insultar€ por ti hasta me haría mujer", expresaron. Parecía una simple estrofa para ganar el aplauso fácil de una grada ya en total predisposición. Pero detrás de un biombo desapareció Bambones y aparecieron 70 exMarchilongas que dieron continuidad al discurso de los de Primi. Bajo la dirección de Sandra Ramos (La Flaca) las chicas se dejaron la piel para acabar muy arriba en un par de minutos reivindicando que, a diferencia de sexos, "hoy somos personas". Bambones había cantado por la igualdad, pero, casi sin quererlo, generó una gran desigualdad con el resto de murgas de la fase.