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La globalización diluye la canariedad

El número de personas que reconocen sentirse solo canarias o

más canarias que españolas se ha reducido un 19% en los últimos 25 años

Una niña envuelta en la bandera tricolor canaria. José Carlos Guerra

Las encuestas revelan que el número de isleños que reconocen sentirse solo canarios o más canarios que españoles se ha reducido un 19% en los últimos 25 años. Factores como la globalización, el incremento de la formación de la población, la mejora de las comunicaciones o la sensación de permanecer a entidades más amplias como la Unión Europea han contribuido al descenso del sentimiento nacionalista canario.

En contra de lo que podría interpretarse cada vez que surgen movimientos en las redes sociales relacionados con la defensa de elementos representativos de la identidad isleña, el sentimiento nacionalista canario se ha reducido en los últimos 25 años. La globalización, el desarrollo de las comunicaciones, la mejora de la formación de la población, el mensaje de pertenencia a ámbitos más amplios como la Unión Europea y el menor conocimiento de las tradiciones o los valores isleños han contribuido a reducir el sentimiento de canariedad. En 1996, un barómetro autonómico elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) reflejaba que el 10,9% de los nacidos en el Archipiélago aseguraba sentirse solamente canario y el 33,6% se definía como más canario que español.

Esos porcentajes han disminuido significativamente con el tiempo, ya que en 2012, un estudio similar recogía que solo el 6,1% de la población de las Islas se definía como exclusivamente canario. El Sociobarómetro autonómico preguntó por el sentimiento nacionalista en Canarias en las dos oleadas que realizó el año pasado y se registró un nuevo descenso. En febrero de 2021, el 5% de los encuestados aseguró sentirse solo canario y el 32,2% más canario que español. Nueve meses después, en noviembre, solo el 4,4% se reconocía como únicamente isleño y el 31,7% más canario que español. De esta forma, en los últimos 25 años, el número de personas que anteponen su identidad canaria a la española se ha reducido cerca de un 19%.

Esta circunstancia también se ha registrado en otras nacionalidades históricas como País Vasco o Valencia, donde se ha reducido ligeramente el porcentaje de ciudadanos que se identifican más con la comunidad autónoma que con el país. No obstante, ante el auge del movimiento independentista, en Cataluña se registró un pico importante en el número de personas que se reconocían como catalanas y descartaban cualquier relación con España. Sin embargo, en las últimas encuestas del CIS el sentimiento nacionalista catalán también se ha moderado. La proporción de ciudadanos de Cataluña que se sienten únicamente catalanes, cuyo punto álgido se registró en septiembre de 2015 con un 23,6%, ha caído casi seis puntos, del 21,5% de 2017, al 15,6% reflejado el año pasado.

«Los sentimientos identitarios de lo local cada vez se ven más absorbidos por la tendencia a la homogenización que se genera en el proceso de globalización que se produce a nivel planetario», apunta el profesor titular de Psicología de la Educación de la Universidad de La Laguna (ULL), Antonio Rodríguez. A esto se añade que las identidades se ven condicionadas por las motivaciones de supervivencia de la población. En este sentido, el especialista destaca que, en los últimos años, la pandemia de la covid-19 ha puesto de manifiesto numerosas necesidades que han nublado el deseo de la población de sentirse identificado con su entorno más cercano. «La crisis sanitaria ha podido distorsionado los resultados de las encuestas, porque todo se prioriza en clave de supervivencia y las identidades no son un elemento preferente», sostiene Rodríguez.

Historia e idiosincrasia

El peligro de que un pueblo sienta desafección por sus elementos identitarios, subraya Rodríguez, es que no será capaz de identificar los retos colectivos a los que se enfrenta y las limitaciones que se le imponen. El profesor de Psicología Educativa de la ULL y el catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Manuel Lobo, coinciden en que la solución para incrementar el conocimiento y el apego por los valores isleños está en la educación. Rodríguez considera que «es clave que nuestros niños aprendan geografía e historia, pero también los que conozcan y aprecien su significado. No se trata solo de vivir aquí, sino de reconocer el valor que tiene el Archipiélago para reivindicarlo, transformarlo y cuidarlo». Para Rodríguez, el estudio de la historia y de la idiosincrasia canaria no implica «quedarse en el pasado», sino «anclarse, arraigarse y sentirse conectado con la concepción de lo que significa Canarias». Por esto, Lobo insta a incrementar los contenidos canarios en la educación, desde la primaria hasta la formación universitaria, y a profundizar en el conocimiento de los elementos identitarios de las Islas. «Algo que no se enseña y no se cultiva genera un mayor desapego», afirma Lobo.

El último Sociobarómetro de canarias desvela que el 6,8% de los jóvenes de entre 18 y 24 años se sienten solo canarios, un porcentaje que se va reduciendo progresivamente a medida que aumenta la edad de los encuestados, hasta el 3,1% de los mayores de 65 años. Por el contrario, el 5,7% de este grupo responde que se siente únicamente español, mientras que ninguno de los jóvenes de 18 a 24 años opta por esta respuesta. No obstante, la mayoría de los encuestados –el 45,6%– considera totalmente compatible sentirse canario con sentirse español.

El sociólogo Juan del Río destaca que en el Archipiélago se ha registrado una disminución del sentimiento nacionalista que se ha visto reflejado en una reducción de votos hacia los partidos nacionalistas. En los años 90, con el auge de estas formaciones, se potenció ese sentir e, incluso, todavía existía algún brote de partidos independentistas, ya extintos.

La adversidad es un factor que contribuye a incrementar el sentimiento nacionalista. Cuando surgen dificultades, como la reciente crisis volcánica de La Palma o un gran incendio forestal, la sensibilidad y la solidaridad con los afectados genera unidad. «En los momentos de crisis la población tiende a refugiarse en los suyos, en lo más cercano, y se refuerza el sentimiento de identidad con lo canario. No obstante, «esto no tiene porqué traducirse en un comportamiento electoral que beneficie a las opciones que, en principio, defienden lo canario ante lo de fuera», explica el sociólogo Juan del Río.

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