El Gobierno de Canarias, a través de la Viceconsejería de Derechos Sociales, dispone de una partida de seis millones de euros para apoyar, en los próximos tres años, proyectos de viviendas colaborativas o cohousing. La viceconsejera, Gemma Martínez, aclara que este dinero forma parte del programa Canarias Te Cuida, que cuenta con una aportación de la Unión Europea de 218 millones de euros en total. Ayer y hoy, este departamento del Ejecutivo celebra un encuentro para debatir y reflexionar sobre las experiencias de viviendas colaborativas como alternativa al modelo actual de residencias geriátricas o la atención de los mayores por sus hijos.
Martínez explica que este es un concepto innovador en la Comunidad Autónoma y en el foro se favorece el intercambio de ideas y experiencias por interesados en este tipo de iniciativas de convivencia entre personas de avanzada edad e, incluso, entre vecinos de diferentes generaciones. En las jornadas participan también expertos universitarios o de ayuntamientos para establecer cómo se puede implantar este concepto, en base a las realidades de otros países o regiones españolas.
Expertos en la materia e interesados intercambian ideas y experiencias en un foro en Tenerife
La viceconsejera de Derechos Sociales manifiesta que el dinero del que dispone el Gobierno canario puede destinarse a diversas acciones, como facilitar la compra de terrenos o edificios en los que hacer realidad los proyectos, apoyar a las cooperativas ya existentes o que se creen en el futuro próximo, así como contribuir a la entrada de otras familias más jóvenes y que no poseen suficientes recursos para acceder a tales comunidades por sí mismos.
En los edificios destinados a viviendas colaborativas en cesión de uso existen apartamentos en los que los residentes pueden mantener su privacidad y que no son excesivamente grandes, pero también hay amplias zonas comunes donde todas las personas conviven y comparten recursos, como salones de estar, cocinas, gimnasio, huertos o trasteros, por ejemplo. En opinión de la viceconsejera, el Ejecutivo apuesta por facilitar el cambio de modelo de atención a las personas de avanzada edad que existe en la actualidad, «asistencialista y basado en las residencias geriátricas».
El Ejecutivo respalda a los ciudadanos que buscan un modelo alternativo a los actuales geriátricos
Según Gemma Martínez, el cohousing es un concepto mucho más amplio, con el que también se puede dar respuesta a personas jóvenes que apuesten por este tipo de vida en comunidades, así como a familias «monomarentales o monoparentales». Pero, para la viceconsejera, un requisito para sacar adelante estos proyectos pasa por modernizar la administración. En el Archipiélago funcionan seis comunidades que trabajan para tener un edificio de viviendas colaborativas en cesión de uso, aunque hay otras en fase de creación. Tres de ellas han surgido en Tenerife, dos en Gran Canaria y una más en La Palma. Para Martínez, la implicación de la Consejería para apoyar este nuevo concepto de vida de las personas mayores, que no desean envejecer solas, ni vivir en un geriátrico ni suponer una carga para sus hijos, surgió de «hablar mucho» con los mencionados colectivos.
«La economía de los cuidados»
Martínez dice que es importante dar apoyo económico, pero también legislativo a tales experiencias, pues hace falta consolidar una norma que acredite el funcionamiento de estas comunidades. En el cohousing, la propiedad del inmueble no es de la persona o pareja residente, sino de la cooperativa. El usuario aporta un canon inicial y una aportación mensual para la hipoteca y varios servicios. Martínez explica que el pasado miércoles llegó al Parlamento de Canarias el proyecto de la Ley de Cooperativas para iniciar su tramitación. Además de tratar de lograr un salto cualitativo en la calidad de vida de las personas que optan por esta alternativa de vida una vez que se jubilan, a juicio de Martínez, con este nuevo concepto se puede reforzar la denominada «economía de los cuidados, que genera mucho empleo y buscamos también dignificar este tipo de trabajo». Indica que la asistencia a los mayores ya no hay que relacionarla, de forma exclusiva, con las madres o las abuelas que cuidan a sus seres queridos sin percibir nada a cambio.
