Agentes del Cuerpo General de la Policía Autonómica (CGPC) se concentraron en Santa Cruz de Tenerife ayer para exigir mejoras en sus condiciones laborales, para denunciar el funcionamiento de la organización y criticar la gestión que realiza el comisario jefe, en la que, según los sindicatos UGT, Co.bas, CSIF e Intersindical Canaria, prima la afinidad con algunos mandos antes que la eficacia, el interés por el trabajo y las ganas de formarse. La movilización llevada a cabo ayer en el centro de la capital tinerfeña es un paso más dentro de las reivindicaciones al Gobierno autónomo. El director de Seguridad y Emergencias, Gustavo de Armas, declinó hacer declaraciones y explicó que los asuntos se tratarán en la reunión que se celebrará entre las partes el día 20 del presente mes.
Los asistentes al acto de protesta, desarrollada en la mañana de ayer en la confluencia de las calles Viera y Clavijo y Teobaldo Power, muy cerca del Parlamento regional, estuvieron liderados por Héctor Romero, de UGT, y Abraham Catalina, de Co.bas. Para ambos, la Policía Autonómica «funciona como una estructura de afinidad y todas las decisiones son arbitrarias, como la asistencia a cursos, los ascensos, el ingreso en determinadas unidades, las compensaciones o las condecoraciones». Dichos sindicalistas señalan que existe una «imposibilidad de mejoría» con el comisario jefe, Luis Santos, y la jefa de Servicios, Belén Cabrera. Estas circunstancias provocan, según dichas organizaciones, que «agentes que tienen plaza en otras administraciones, como policías locales, guardias civiles o policías nacionales, quieran volver a dichos cuerpos».
Y, además, apuntan Catalina y Romero, existen casos de policías recién incorporados al Cuerpo General de la Policía Canaria que se plantean volver a concurrir a oposiciones para ingresar en policías locales o cuerpos de seguridad del Estado. Los representantes de UGT y Co.bas manifiestan que, de los 35 funcionarios que llegaron de otras administraciones para integrar la primera promoción de la Policía Autonómica, ahora solo permanecen cuatro.
Y de los 36 miembros de la Brigada Móvil (Brimo), 33 firmaron un texto para protestar contra las presuntas malas formas y el trato recibido por parte de un subcomisario, Jesús González, señalan los sindicalistas citados. De estos policías autonómicos, cuatro presentaron quejas formales por escrito sobre la actitud de dicho mando. Añaden que González es también el encargado de la instrucción de estos procedimientos.
