La cuestión migratoria centró ayer buena parte del debate entre los expresidentes del Gobierno de Canarias, Jerónimo Saavedra (PSOE) y Paulino Rivero (CC), que aunque con visiones diferentes de este fenómeno, coincidieron en que será una de las cuestiones que marcará el futuro del Archipiélago y uno de los retos que las Islas deberán asumir en los próximos años.

Saavedra advirtió de que la presión migratoria sobre Canarias no va a descender en los próximos años, ya que la llegada de personas desde África hacia Europa “va a ser igual o irá a más”. Aseguró que la única fórmula que podría paliar este fenómeno es la cooperación, aunque insistió en que tanto las Islas como el continente necesitarán a la inmigración “para poder mantener su nivel de vida”.

Bajo su punto de vista, el Estado debería replantearse la estrategia que está llevando para hacer frente a la crisis migratoria y defendió la recuperación de los centros de internamiento de extranjeros (CIE) frente a los macro campamentos actuales, al mismo tiempo que incidió en la necesidad de redistribuir a estas personas en todo el territorio nacional.

En relación al fenómeno migratorio, Saavedra también añadió que Canarias debe plantearse su papel geoestratégico de cara al futuro y su relación con los países vecinos del continente africano. Muchos están sufriendo por los conflictos internos, pero también por el papel que están jugando algunas potencias como China, que con su “neoliberalismo” está haciendo estragos, por ejemplo, en el sector pesquero de países como Senegal, lo que provoca que a muchos de sus ciudadanos no le quede más remedio que arriesgar la vida en una patera para intentar llegar a Europa y tener un futuro mejor.

Sin ánimo de “alamar” el expresidente canario advirtió que se debe poner coto a la expansión del yihadismo y puntualizó que “muchos” cayucos de los que están llegando a Canarias lo hacen de “zonas cercanas” a semilleros de este fenómeno.

Rivero, por su parte, puso el foco no sobre la inmigración irregular que llega a bordo de pateras a las costas de las Islas, sino en los extranjeros, en su mayoría procedentes de países europeos, que se instalan de forma legal en el Archipiélago y que representan el mayor flujo migratorio que recibe Canarias. El expresidente afirmó que este territorio no puede absorberlos, ya que ni siquiera “tenemos capacidad para generar actividad económica con la que llevar a unas cifras razonables el desempleo en Canarias”. Por ello, sostuvo que uno de los retos que se debería abordar una vez finalice la pandemia será ese control poblacional, ya que no es de recibo que la población aumente en 20.000 personas al año, al tratarse de un territorio “muy frágil”. Una situación con la que “se va creando poco a poco un problema social de primera magnitud”.

El expresidente nacionalista reconoció que Europa no permite limitar la libre circulación de aquellos ciudadanos que se encuentran dentro del espacio Schengen, pero añadió que los organismos de Bruselas no son “un ente abstracto”, sino que están formados por “hombres y mujeres con responsabilidades que entienden los problemas a los que se les busca solución”.

Rivero recordó que en 2013, cuando él presidía el Gobierno regional, logró que Bruselas aceptará que en las licitaciones se pudiera primar a aquellas empresas que contrataran a trabajadores locales, teniendo en cuenta los altos índices de desempleo del Archipiélago. Por lo que argumentó que, primero, Canarias debe asumir que tiene un problema para lugar planteárselo a Europa.

Saavedra y Rivero participaron ayer en un nuevo encuentro de Foro Parlamento, bajo el título Canarias. Los retos de la era pos-Covid, que se encargó de moderar el presidente del parlamento, Gustavo Matos. La cita se enmarca en el programa de actos organizado para conmemorar el 40 aniversario de la constitución de la Cámara regional, que se cumplirá en 2022.

En el mismo sentido que Rivero se manifestó también Matos, que advirtió que el Archipiélago debería plantearse “cuántos queremos ser en el futuro”, antes de programar cualquier política a largo plazo y se mostró de acuerdo en que Canarias no puede crecer de forma ilimitada.

Sin embargo, Saavedra no fue tan categórico como sus compañeros y manifestó que habría que preguntarse por qué trabajadores que proceden de otros países europeos acaban empleados en el sector de la hostelería en Canarias en lugar de muchos residentes. Él apuntó a las deficiencias en la educación, por lo que considera que se deberá decidir “qué política educativa estamos dispuestos a desarrollar”.

Reactivación turística

Entre las cuestiones principales que Canarias deberá abordar una vez pase la pandemia está también la reactivación del turismo. Para Rivero se debe mejorar el destino, ya que a pesar de haber superado récord tras récord en la llegada de turistas antes de la aparición del coronavirus, “no hemos sido capaces de darle continuidad a un plan de renovación del sector turístico canario y se ha invertido muy poco”. Saavedra aseguró no entender como hasta ahora los empresarios hoteleros de las Islas no habían realizado “con todo el dinero que ha generado el turismo” una investigación para mejorar el funcionamiento de su propia empresa.

Ambos coincidieron también en apuntar su preocupación acerca de la agilidad que tendrá Canarias para gestionar los fondos de reactivación que vendrán de Europa y aseguraron que la modernización de la administración pública está también entre los retos que el Archipiélago tendrá que plantearse. “No veo que ese volumen de recursos se esté materializando de forma rápida para salvar a autónomos y empresas”, lamentó Rivero, que sostuvo que se saldrá más pronto o tarde de la crisis en función “de que seamos capaces de sostener nuestro tejido productivo”.

Para Saavedra “cuanto más se parezca la administración pública a una empresa eficiente, mejor nos irá”, ya que consideró que la alternativa que se ha tomado para tratar de combatir la corrupción son mayores controles “y eso genera paralización”.

El desempleo, la desigualdad social o el desafecto de la población con las instituciones fueron otros de los retos que ambos expresidentes también señalaron que deberán estar en la agenda canaria del futuro.