"O estado de alarma, o caos", sentenció hace dos días el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, para reclamar el apoyo de las formaciones políticas a la prórroga de la figura constitucional que está utilizando el Gobierno central para gestionar la emergencia sanitaria por el coronavirus. Pero el caos amenazaba con anticiparse en torno al propio Ejecutivo de Pedro Sánchez en la tarde del martes, la víspera de la votación en el Congreso, a juzgar por la vorágine negociadora que se suscitó en Moncloa y alrededores para tratar de garantizarse la victoria. Ante el amago del Partido Popular de votar en contra, que no había descartado en ese momento, el Gobierno se vio obligado a una negociación a marchas forzadas con distintas formaciones políticas para alcanzar un acuerdo. Logró a media tarde cerrarlo con Cs, y lo hizo ya de madrugada con CC y con el PNV, lo que le garantizaba una mayoría de 178 votos con la que hacer frente a cualquier circunstancia de bloqueo desde el resto de la oposición.

El acuerdo con los nacionalistas canarios para el voto afirmativo de su diputada en el Congreso, Ana Oramas, es de apenas dos líneas por escrito, pero de sustancial contenido, según la formación canaria. En él, el Gobierno central se compromete a estudiar la posibilidad de prolongar los ERTE de las empresas turísticas canarias hasta que se recupere una cierta actividad del sector. De hecho, el escueto texto pactado entre CC y el Ejecutivo de Sánchez vincula esa prórroga de los expedientes de regulación temporal a la apertura de las conexiones aéreas y con ello de los mercados turísticos internacionales. Es decir, no fija un plazo concreto, sino la superación de la actual circunstancia de cierre de los aeropuertos europeos y de la imposibilidad de acceso a las Islas desde los países emisores. Un compromiso ante el que ya reaccionaban ayer los hoteleros baleares con "indignación" por lo que supone de agravio comparativo.

Una negociación de Ábalos

La negociación con Coalición Canaria la abordó de forma directa un peso pesado del Gobierno, el propio Ábalos, que además es el número dos del PSOE. Según distintas fuentes nacionalistas, el ministro se puso en contacto telefónico hacia las 20:00 horas con distintos dirigentes de la formación para confirmar si mantenían su decisión del lunes de dejar de apoyar el estado de alarma -tal como había hecho desde el principio- para pasar a la abstención. Los interlocutores de CC trasladaron al ministro su rechazo a cómo el Gobierno estaba gestionan políticamente la situación y, especialmente, por su "ausencia total de respuesta a los planteamientos que estamos haciendo desde Canarias".

En un tono de plena sinceridad, los dirigentes de CC trasladaron a Ábalos que se sienten "ninguneados" por el Ejecutivo, tanto en las cuestiones que plantean para abordar la crisis económica y social que se avecina sobre el Archipiélago, como en la falta de diálogo político. En el primer ámbito, le recordaron al ministro que Canarias sigue sin poder usar el superávit, sin saber si podrá endeudarse para sortear los problemas de liquidez que tendrá la Comunidad Autónoma y que ha resultado muy perjudicada en el reparto del fondo extraordinario de 16.000 millones para paliar los gastos sanitarios y la pérdida de ingresos por el parón de la actividad económica.

Ignorancia sobre Canarias

"Le explicamos a José Luis Ábalos que la absoluta ignorancia de los temas canarios, unido a la falta de empatía por parte de Sánchez, nos llevaba a cambiar de posición. Pero que no íbamos a obstaculizar que se aprobara el mantenimiento del estado de alarma, por lo que optábamos por expresar nuestra insatisfacción y nuestra crítica mediante la abstención". Reprocharon a Ábalos la "unilateralidad" con la que actúa el Ejecutivo y el "mensaje de arrogancia, soberbia y prepotencia que están trasladando". Además, le señalaron que "es una mala idea para el futuro, porque queda legislatura, y nosotros, aunque no seamos imprescindibles sí somos convenientes".

Según los dirigentes de CC, el ministro reconoció errores de gestión política y entonó una especie de mea culpa colectivo por parte del Gobierno, aunque parece que apuntó más hacia los estrategas políticos que hacia los ministros implicados más directamente en la gestión de las medidas. En todo caso, expresó a sus interlocutores la importancia que tiene para la actual fase de desescalada la prórroga del estado de alarma, así como la de obtener un respaldo político más allá de la aprobación propiamente dicha. Llegados a este punto, Ábalos preguntó si Coalición estaría en disposición de cambiar su voto, a lo que los nacionalistas respondieron que aunque el Consejo Político de la formación había decidido la abstención de su diputada, seguía habiendo voluntad de "actuar siempre en beneficio de Canarias y que si había compromiso del Gobierno de corregir su actitud, actuaríamos en consecuencia".

A partir de ahí, Coalición Canaria puso sobre la mesa la necesidad de que los ERTE en el sector turístico se puedan ampliar como mínimo hasta final de año o hasta que el mercado recupere cierta normalidad.

Consultas con Yolanda Díaz

El ministro pidió unas horas para hacer consultas con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y previa intervención en la ronda de contactos del propio Pedro Sánchez, el ministro ofreció el escueto texto que permitió a Oramas dar el 'sí' y a cambiar completamente el tono de sus intervenciones anteriores, rescatándola del "universo del caos" por el que apuestan, según Ábalos, quienes no apoyaron la medida. Todo gracias a una negociación telefónica que concluyó cerca de la una de la madrugada.