El diputado por la provincia de Las Palmas Guillermo Mariscal (Madrid, 1974) fue nombrado el pasado martes secretario general del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados. Su probada lealtad a Pablo Casado, a quien apoyo en las primarias, y su amplia experiencia en la Cámara Baja le han servido para afianzarse en la cúpula del Partido Popular. Mariscal sostiene que su formación no ha castigado al expresidente regional del PP en Canarias, Asier Antona, por no lograr llegar a un acuerdo de Gobierno en las Islas y que fue él quien decidió dejar su cargo y marcharse como senador de designación autonómica.

¿Con qué autoridad Pablo Casado, que ha obtenido los peores resultados de la historia del PP, depura el partido?

Pablo Casado es el primer presidente del PP elegido en un congreso nacional en el que participaron todos los afiliados, por lo que su legitimación es muy grande. Cuando en julio del año pasado tomó las riendas de Génova, las encuestas daban cifras de intención de voto que no auguraban un buen futuro. Hoy, gracias a la capacidad de llegar a acuerdos, las cuotas de poder y los lugares en los que se están mostrando las políticas del partido son muchos. Ahora la nave del PP ha cogido un rumbo que seguro llevará a Pablo Casado a la presidencia del Gobierno mucho antes de lo que pensamos.

Hace unos días decía que a los políticos se les juzga por sus resultados y Casado no los consiguió.

Los resultados de la política actual se miden por los votos y por la capacidad para llegar a acuerdos con otras formaciones. La mayoría absoluta como elemento político es extremadamente difícil, el escenario ha cambiado. Hay cinco formaciones políticas con capacidad de entrar en las instituciones -siete en el caso de Canarias-, y es importante llegar a acuerdos para que nuestras ideas se plasmen en acciones concretas.

Siendo cabeza de lista al Congreso por Las?Palmas obtuvo dos escaños, de los tres que consiguió el PP en 2016, y aun así ha salido reforzado dentro del partido.

Casado está regenerando equipos para intentar buscar más votos. El objetivo es ser más centrales, ampliar nuestros discursos y abrir el abanico de electores afines.

¿Cree que Asier Antona ha traicionado al Partido Popular?

No. Asier Antona, como presidente regional, no pretendía traicionar al partido en ningún caso. No me parece el término adecuado para la labor y el esfuerzo que ha desarrollado en el cargo.

¿Le pareció bien que Antona llamara a Casimiro Curbelo para decirle que si apoyaban a Australia Navarro el pacto no contaría ni con su voto?

No sabemos si esa llamada se produjo o no. Lo cierto es que no tuvimos la capacidad para que la oportunidad de presidir por primera vez la Comunidad Autónoma se transformara en realidad.

¿Quien es el responsable de que no prosperara el pacto con CC, Cs y ASG?

La principal responsabilidad en la toma de decisiones en los acuerdos en las comunidades autónomas lo tiene el líder regional, independientemente de que desde la dirección nacional se presta toda la ayuda necesaria para que los pactos se formalicen.

Entonces en Génova responsabilizan a Antona...

La decisión de dejar de ser presidente regional y convertirse en senador por designación autonómica fue de Asier Antona. Si él no hubiese querido ir al Senado, no lo hubiese hecho.

¿El partido no considera que mandarlo al Senado sea un destierro?

No. Asier ha participado en esa decisión.

Si hubieran buscado un pacto PP-PSOE en Canarias, ¿hubieran llegado a mejor puerto?

Conociendo las políticas que quieren llevar a cabo, que nada más llegar hablan de subir los impuestos y aumentar el gasto público, creo que hay una diferencia abismal entre ambos partidos. El PP aboga por la reducción de impuestos y por atraer inversión para generar riqueza y empleo en Canarias. No creo que existiesen muchas ganas por parte del PSOE de pactar con el PP.

Sin embargo, durante la campaña los líderes del PP criticaban la gestión de CC y apostaban por un cambio de rumbo político, pero aun así se sentaron con ellos a buscar puntos en común.

Nos sentamos con las fuerzas políticas que se encontraban en el espectro político más cercano a nosotros. En ese proceso una formación con 20 diputados planteó la posibilidad de que una con once tuviera la Presidencia, ¿le parece a usted una mala negociación?.

A nivel político no, pero desde el punto de vista ideológico...

En la arquitectura parlamentaria actual los gobiernos van a ser de coalición. Los responsables políticos tienen la obligación de buscar acuerdos para garantizar la estabilidad, que es el principal generador de confianza, inversión, crecimiento, empleo y políticas públicas eficientes.

¿Qué falló en las negociaciones del PP en Canarias?

No participé en las negociaciones, pero creo que no tuvimos la habilidad suficiente para conformar ese acuerdo. Tenemos vocación de Gobierno y cuando no lo conseguimos es una mala noticia.

¿Cómo ve al PP en las Islas?

Con el nuevo equipo que pueda surgir, más la incorporación de profesionales de diferentes ámbitos que puedan sentir atracción por la política, más la experiencia de los lugares en los que gobernamos, sumado al proyecto ideológico que encarna Pablo Casado, estamos en condiciones de volver a ser un partido mayoritario en Canarias.

¿Qué pasos darán para fortalecerse?

Estamos en un periodo de transición en el que no podemos ocultar que importa mucho si hay o no elecciones generales. Cuando se toman decisiones políticas, la reflexión y la distancia ayudan a que el resultado sea mejor. Hay que esperar a septiembre para saber qué pasos vamos a dar. No sería una buena decisión hacer un cambio estructural en la dirección regional dentro de un proceso electoral.

¿Apostaría por una renovación de caras o por líderes del pasado?

Creo en la combinación entre veteranía y juventud, experiencia e ilusión. El PP se fundó la con intención de ser un partido mayoritario en el que los profesionales que tienen vocación política encuentren su asiento. Hay mucho trabajo que hacer entre los menores de 30 años.

¿Tiene a alguien en mente para liderar el partido?

No sería muy responsable por mi parte manifestar apetencias personales. La dirección regional está muy capacitada para encontrar esa nueva cara del partido.

¿Le augura larga vida al pacto progresista en Canarias?

Han sido muy rápidos para repartirse cargos y consejerías. El Gobierno canario no tiene un discurso cohesionado y falta confianza entre ellos. Si en unos meses siguen así, no les auguro mucho tiempo.

"Las izquierdas parecen incapaces de aglutinarse en torno a un programa"

¿Cómo afronta su nueva etapa como secretario general del grupo parlamentario popular en el Congreso?

Es una responsabilidad muy grande porque supone coordinar el trabajo de la principal fuerza de la oposición y, por tanto, del brazo político con el que cuenta Pablo Casado y el PP para trasladar a los españoles cuáles son las políticas que queremos. Mi nombramiento es una demostración de la importancia que Casado le da al PP de Canarias. Viendo la inacción del Gobierno, tenemos que liderar la política española en la oposición.

¿Después de catorce años en el Congreso se considera un profesional de la política?

No. La política es una ocupación y no una profesión. Es el desempeño de la tarea más grande que puede ocupar quien desea mejorar la vida de las personas que viven en su país. Es verdad que tengo experiencia en política, pero no es conveniente ser profesional de la política. Hay que ser profesional en el trabajo y, como diputado, ser riguroso, ajustarse a los datos, contrastar las opiniones, ser lo más transversal posible y estar abierto al diálogo.

¿Cómo valora el intento fallido de investidura de Sánchez?

Tenía que haber renunciado a la responsabilidad de formar Gobierno si se veía incapaz, no tenía voluntad de negociar como se ha demostrado o no contaba con el apoyo de los socios que le permitieron ganar la moción de censura. Empezó a negociar en el último momento. No fue capaz de formar Gobierno con 123 diputados, pero sí pudo ser presidente con 84. Le ha faltado capacidad de diálogo, generosidad y entender que la política moderna exige ceder espacios al adversario para construir juntos un país mejor.

¿Hay alguna posibilidad de que el PP se abstenga en septiembre?

Después de lo que hemos visto en las últimas semanas, que Sánchez ha sido incapaz de llegar a acuerdos con Podemos y que ha conseguido la Presidencia de Navarra con el apoyo de Bildu... Me parece que pedirle al Partido Popular colaboración es absolutamente contradictorio. Creemos que un presidente del Gobierno debe ser más serio y nos parece que está faltando el respeto a los españoles.

¿Qué vías hay para evitar llegar a unas segundas elecciones?

Si el PSOE ha decidido que Podemos sea su socio principal tiene que mejorar su relación y conseguir que tengamos un Gobierno. Esta situación de incertidumbre trae consigo una parálisis presupuestaria y las necesidades que las nuevas políticas demandan no se pueden plasmar. Se está atacando a las expectativas de los españoles. La incertidumbre trae datos económicos negativos como menos inversión, menos consumo de los hogares y menos exportaciones.

Si el intento de acuerdo del PSOE no hubiera sido con Podemos, ¿estarían dispuestos a abstenerse?

El PSOE ha pactado con Podemos y con Ciudadanos. Han tenido capacidad para llegar a acuerdos, una oportunidad que no tuvo Rajoy, quien reclamó la abstención del PSOE porque no había otra solución. Si no, España no hubiera tenido Gobierno. En este caso hay opciones que no pasan porque la jefatura de la oposición se pliegue ante una persona que se niega a negociar con nosotros ninguna reforma. Desde que se celebraron las elecciones, Casado le ha ofrecido once pactos relacionados con las infraestructuras o la violencia de género e, incluso, le ha brindado su colaboración para aprobar los futuros Presupuestos Generales del Estado, para saber de qué fondos se dispone y poder poner en marcha las nuevas políticas, pero no ha tenido respuesta.

¿El hecho de que no haya Gobierno y vayamos a unas segundas elecciones supone una oportunidad para que el PP mejore sus resultados?

No me parece positivo que tengamos que ir a unas segundas elecciones, porque demuestra que no se ha podido llegar a los acuerdos que la ciudadanía demanda. Las fuerzas de izquierdas parece que son incapaces de aglutinarse en torno a un programa, porque solo hemos conocido una guerra de sillas. También hemos visto una enorme desconfianza entre los socios y eso augura pocas garantías de futuro.

¿Pero sería una oportunidad para subir en número de votos?

Me parece que la obligación de un político es el país, después el partido y después uno mismo. Invertir esa pirámide conduce a la desafección de la ciudadanía por la política y a políticas fallidas. Estamos preparados para unas segundas elecciones, pero lo deseable es que haya un gobierno para el país.

¿Qué cartas jugaría el PP en caso de que haya elecciones el 10 de noviembre?

El Partido Popular ha llegado a acuerdos con otras formaciones políticas, con la capacidad de ser centrales, y somos garantía frente al bloqueo. En caso de que nos encontremos con unas nuevas elecciones, no solo iríamos con un proyecto más ilusionante que el de la izquierda, sino que hemos demostrado que sabemos llegar a acuerdos.