La loca historia de un usuario que pierde un pendrive con información confidencial tras pillar una borrachera
Un trabajador de una empresa tecnológica de Japón se emborracha y pierde un pendrive con datos personales de millones de personas
Un trabajador de una tecnológica nipona decidió llevarse el trabajo a casa y copió en un pendrive los datos correspondientes a casi medio millón de ciudadanos de Amagasaki, en Japón.
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Los datos incluían, además de las señas personales y el domicilio de cada ciudadano, información sensible relacionada con los impuestos abonados y las ayudas recibidas de la administración japonesa.
Una copita para relajarse antes de comenzar a trabajar en casa
Lo malo es que, de camino a casa, el hombre decidió pararse a tomar unas copas para descargar la tensión acumulada durante el día.
No se sabe a ciencia cierta si el empleado se encontró con un grupo de amigos o se lió él solo, pero el caso es que lo que iba a ser una única copa se convirtió en un carrusel de consumiciones, sin que haya trascendido si se trataba de sake o de combinados de alta graduación.
Un mal despertar
Lo que ocurrió posteriormente era muy previsible: en medio de la nebulosa producida por los vapores etílicos, el japonés juerguista olvidó el maletín cargado de informaciones confidenciales en algún punto de su recorrido.
Al despertarse en plena calle a la mañana siguiente, comprobó, horrorizado, que el preciado maletín había desaparecido y, con él, todos los datos de los ciudadanos de Amagasaki.
Resuelto el entuerto
Pero tras el revuelo inicial, esta rocambolesca historia ha tenido un happy end para el trabajador y para los cientos de miles de japoneses afectados por su desliz.
Tras informar a la empresa del incidente y superar la resaca, el atribulado hombre hizo memoria y recorrió los lugares en los que recordaba haber estado durante su trance espirituoso.
En uno de ellos apareció el maletín huérfano, sano y salvo, al igual que el lápiz de memoria cargado de datos confidenciales. Por fortuna, el objeto olvidado a causa de la borrachera había pasado desapercibido a los ojos de terceras personas.
Lo que no se sabe es lo que hizo el trabajador tras recuperar el valiosísimo pendrive. Esperemos que no se le haya ocurrido celebrar el final feliz tomándose otra ronda.
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