Luis Guil: “Txus Vidorreta es mi maestro en el baloncesto»

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Vidorreta y Guil, maestro y alumno de un histórico triunfo en Zaragoza

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Este próximo fin de semana Tecnyconta Zaragoza visita a Iberostar Tenerife en el que será el reencuentro de Txus Vidorreta y Luis Guil en los banquillos (domingo, 13.30 horas). Juntos, vasco y andaluz, fueron protagonistas de la consecución de uno de los mayores éxitos del baloncesto de formación de nuestro país: la medalla de oro del Europeo U18 de Zaragoza en 2004.

Pese a contar ya con muchos veranos trabajando para la Federación Española, Guil recuerda aquella cita como si fuera ayer: “Yo todavía no era profesional y era la primera vez que iba a la selección española”, recuerda el hoy entrenador de Tecnyconta Zaragoza. A sus 32 años, el sevillano recibía la alternativa para ser entrenador ayudante de una selección U18 plagada de talentos que, a día de hoy, son protagonistas en la ACB e incluso en la NBA.

Nombres como los de Sergio Llull, Carlos Suárez, Sergio Rodríguez, gran líder del equipo, o los exrojillos Albert Fontet, Iván García y José Ángel Antelo conformaban un grupo inolvidable: “Es uno de los recuerdos más grandes que tengo del baloncesto, se aprende mucho trabajando con jugadores de ese nivel”, reconoce sin tapujos y orgulloso de seguir manteniendo el contacto: “Cuando firmé con Tecnyconta Zaragoza varios de los jugadores de aquella generación como el ‘Chacho’ y Carlos Suárez me escribieron para felicitarme”, descubre con cariño.

Sin embargo, el mayor aprendizaje para Luis Guil vino de la mano de quien será su rival el próximo domingo en el Santiago Martín de Tenerife: “Txus Vidorreta es mi maestro en el baloncesto y para mí aquella experiencia supuso un aprendizaje increíble”, confiesa agradecido. Algo más de una semana de convivencia, trabajo y competición que sirvió para estrechar lazos y liderar hasta el título a una joven selección que pese a ceder dos partidos, acabó levantando el título. “Tras ganar lo pasamos muy bien en algún bar aquí en Zaragoza”, rememora entre risas.

No obstante, pese al talento de esa generación, el nivel era muy alto: “No éramos los favoritos”, asegura el técnico sobre aquella cita celebrada en el parqué del Príncipe Felipe. “Había grandes jugadores: Belinelli y Datome en Italia, Andriuskevicius, turcos como Akyol y Demirel, Kurbanov, los hermanos Ivanov…”, enumera haciendo memoria. Sea como fuere, a la hora de la verdad España respondió. El 16 de julio, día de su trigesimotercer cumpleaños, la selección vencía a Rusia en cuartos, para después doblegar a Italia y convertirse en campeona frente a Turquía y consumar el éxito del baloncesto español. El de dos entrenadores y amigos que trece años después se enfrentarán como maestro y alumno.