«La derrota del Gran Canaria en Tenerife sentenciaría a Víctor Garcia», se lee en CANARIAS7

.

Víctor García se la juega todo en el derbi en el Santiago Martín de La Laguna. La decisión está tomada en el seno del CB Gran Canaria: la derrota ante el Iberostar Tenerife sentenciaría al actual entrenador jefe de los claretianos, que no ha logrado la reacción deseada tras la salida de Salva Maldonado del equipo

 Óscar Hernández Romano (CANARIAS7)

Según ha podido saber este periódico, la medida en caso de consumarse esa nueva derrota sería automática, además de justificada. Los malos resultados del equipo con el grancanario al frente tienen al Granca al borde del descenso de categoría en la Liga Endesa, una hecatombe que, de producirse, pondría en serio peligro la supervivencia de la entidad claretiana.

La temporada más histórica por aquello de jugar la Euroliga se ha convertido en toda una pesadilla. La cúpula directiva claretiana decidió cesar a Salva Maldonado, el técnico que comenzó la temporada al frente del equipo, el pasado 4 de diciembre de 2018. Sus pésimos resultados sentenciaron a un profesional catalán que no solo tuvo que sufrir las numerosas derrotas sino la crispación de gran parte de una grada que le dio la espalda y ayudó a sentenciarlo con sus continuos pitos antes y después de sus últimos partidos en el Arena.

Pero pitos a un lado, lo cierto es que el balance de Maldonado en su segunda aventura en la isla era insostenible. Con el profesional de Barcelona al mando del banquillo el Herbalife ganó solo seis partidos y perdió 14 entre duelos de ACB y Euroliga (20 en total).

Aunque el favorito era –y sigue siendo– Pedro Martínez para sustituirle, la negativa de éste obligó al club a tomar una medida de emergencia y, en principio, temporal con la apuesta de Víctor García, técnico de la casa durante toda su carrera profesional como jugador y preparador, sin experiencia como entrenador jefe en la ACB pero una dilatada trayectoria como ayudante del propio Martínez, Reneses o Luis Casimiro, con el que llevó al equipo a ganarse un puesto en la Euroliga, que justificaba la valiente decisión a la par de reconocer sus servicios durante todos esos años.

La apuesta, arriesgada se mire por donde se mire, salió bien en un principio. Las dos victorias seguidas de calidad en la Euroliga ante el Armani Milán –que era la primera a domicilio en lo que iba de temporada– y el Buducnost y, sobre todo, el notable cambio de actitud del equipo, impulsaron la decisión de ratificar a García como primera entrenador hasta final de temporada.

Sin embargo, aquellos brotes de mejoría se han quedado en nada con el paso de las jornadas. El balance del preparador grancanario al frente del equipo es demoledor, con ocho derrotas (las últimas cuatro seguidas ante Joventut, Baskonia, Delteco y Burgos) en once encuentros de la ACB y solo tres victorias, que colocan al equipo antepenúltimo en la clasificación, con los mismos números que el penúltimo, un Ucam Murcia con el que se las tendrá que ver en la última jornada.

En la Euroliga –un torneo que hace tiempo ya molesta– es aún mucho peor: 12 derrotas (diez seguidas) y solo tres victorias.

Los números hablan por sí solos y el Gran Canaria necesita una reacción inmediata para no perder la categoría. El derbi de mañana en La Laguna se ha convertido en algo más que un partido entre los dos grandes representantes canarios en la mejor liga de Europa de baloncesto. Un partido que dictará sentencia sobre la figura de Víctor García al frente del cuadro técnico de los claretianos. Urge soluciones y, como casi siempre, la figura del técnico es la más fácil de despejar.