¡Que me lo expliquen, por favor!

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Unas 1.800 personas, según datos de la FEB, asistieron en la tarde de hoy al Pabellón Quico Cabrera, escenario del Torneo Internacional Femenino, en el que participan España, Australia, Japón y China. En los días antes los aficionados accedían a la compra de entradas y comprobaban que el aforo estaba casi vendido y apenas podían disponer de butacas de 6 euros, en las cuatro esquinas de las gradas.

Llega la hora del partido que abrió la cita, con Australia y China como protagonistas, y el aspecto del graderío era desolador, con menos de 600 personas. «Es que a esta hora está jugando el CD Tenerife», me dicen en la zona de prensa. Se puede aceptar que al ser una entrada para presenciar los dos partidos muchos seguidores optaron por ver al Tete perder en el Heliodoro Rodríguez y acudir al recinto de basket para el choque de España ante Japón, de las 20:00 horas.

Sin embargo, tanto al inicio del encuentro como en el descanso del mismo comprobamos que, efectivamente, el aforo, previsto para 4.000 personas, solo se había cubierto en 1.800. 

¿Qué ha sucedido? ¿Cómo es que en la venta de localidades se ve casi todo el graderío agotado y no resulta así durante los partidos?

Quizás la causa esté en el número de entradas cedidas a patrocinadores o a las instituciones tinerfeñas y que no se lograra distribuir entre los aficionados que sí estaban interesados en asistir a este torneo.

Lo único que hemos podido saber es que José Montero, vicepresidente de la Española y el hombre FEB en el Mundial Femenino, se acercó al término del España-Japón a mi pupitre de prensa para decirme: «Que sepas que la venta de entradas para el Mundial no tiene nada que ver con la venta para este Torneo». 

Ojalá que en el transcurso del Mundial que arrancará el sábado próximo no se repita esta situación, porque les garantizo que hay aficionados, los de toda la vida, que no han podido adquirir el abono para la segunda fase. Insisten, y quiero creerles, que vamos a ver las gradas repletas, como hace prever la FIBA con ese cartel colgado a los pocos días de poner los abonos a la venta de «entradas agotadas».