La caída de la frecuencia sexual parece inexorable en algunos países. Las prioridades han cambiado y un claro ejemplo de ello lo ofrece Japón, donde la apatía sexual entre los jóvenes se ve con un problema, pues pone en riesgo el futuro del país. La asociación japonesa de planificación familiar realizó una encuesta de cuyos resultados informaba el mes pasado el británico The Guardian: el 47,2% de los hombres y mujeres casados afirman no tener relaciones y, en concreto, el 35,2% de los varones afirmaba estar cansado en exceso por el trabajo.

El país nipón lleva mucho protagonizando titulares por su manifiesta asexualidad, pero no es el único caso. En Estados Unidos, el porcentaje de adolescentes entre 15 y 19 años que aseguraba haber tenido sexo en 2015, era el índice más bajo desde 1980. Así lo mostraba un informa de los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC).

Resulta difícil de creer cuando, hoy día, estamos más expuestos a contenidos explícitos, y cuando hay mucha más información que antes. Desde los consejos de una mujer para ligar online, a las opiniones de mujeres en Follamigos o cómo conocer gente online, todo a golpe de clic.

Cuestiones de salud

Cierto es que los motivos para no tener sexo puede estar ajenos a todos esos contenidos que suben la libido o ayudan a tener éxito en las relaciones. España no suele salir mal parada en los rankings de frecuencia sexual por países. En 2012, una macroencuesta encargada por Durex a Harris Interactive, mostraba que el 74% de los españoles mantenía relacione sexuales al menos una vez en semana. Nuestro país se situaba en el octavo puesto de una lista liderada por otra nación mediterránea: Grecia.

La apatía no sería la causa que explicase un descenso en las relaciones sexuales en España, pero sí podría serlo la salud. En 2013, el urólogo Eduardo García del Hospital Clinic de Barcelona, aseguró a El Mundo que un 50% de los hombres mayores de 50 años tiene disfunción erectil. Es más, ni siquiera los más jóvenes esquivan el problema, porque uno de cada cuatro hombres que lo sufren tiene menos de 40 años, según un estudio de la Universidad Vita-Salute de San Rafael, en Milán.

El ritmo de vida actual influye en las causas orgánicas de la disfunción erectil, como los problemas cardiovasculares o la diabetes. Cuando el éxito profesional se convierte en prioridad máxima, se están descuidando otros aspectos.

Ausencia de pareja estable

Centrarse en la búsqueda de empleo y el progreso personal e individual es, precisamente, uno de los motivos con más peso para argumentar la falta de sexo de jóvenes como los mencionados japoneses.

Muchas personas tienen pocas ganas de complicarse, y está claro que el amor romántico que una a una pareja es como una planta a la que cuidar día a día. Quienes identifican tener pareja con dolores de cabeza innecesarios y quieren tener sexo, recurren hoy a páginas de contactos. O, antes, a sitios como Paginasdecontactos24.com, que ofrece reseñas de, entre otras, páginas de contactos gratuitas.

Un estudios de las estadounidenses universidades San Diego, Florida Atlantic y Widener concluyó que es precisamente la falta de parejas estables y sólidas y la falta de tiempo las que explican que se dé una menor frecuencia en las relaciones sexuales. Si se cuenta con poco tiempo, no se podrá encontrar tan fácilmente la posibilidad de tener sexo, como sí podría suceder con la pareja.

Caída en la rutina

No es solo una cuestión de edad, de que la llama de la pasión se vaya apagando poco a poco para dejar protagonismo a la de un amor compañero. Es probable que la exposición a contenidos sexuales de forma precoz esté contribuyendo a una excesiva normalización que mata la curiosidad. Desde este punto de vista los jóvenes, con o sin pareja, caen en la rutina pronto. A lo que hay que sumar la ya mencionada presión social por alcanzar el éxito laboral.

Una tienda erótica bien podría actuar como dinamizador, tanto para jóvenes como para no tan jóvenes que necesiten explorar su sexualidad al nivel que sea. En un sexo shop online se pueden encontrar juguetes sexuales de todo tipo, como bolas, estimuladores, vibradores, penes, arneses, muñecas o masturbadores.

Pero no solo el capítulo de juguetes merece un repaso. Los lubricantes, aceites, velas eróticas o incluso la pintura corporal, pueden revelarse como los mejores complementos para crear la mejor ambientación, aumentar la libido y tener una relación del todo placentera. Por su parte, la cosmética erótica incluye cremas reafirmantes, complementos alimenticios o perfumes y fragancias.

Muchas distracciones

Los avances en la comunicación han creado que, hoy día, podamos hablar todo un universo en el que se puede hacer prácticamente de todo. Más aun teniendo en cuenta que se accede a él fácilmente a través de la palma de la mano, con teléfonos o tabletas inteligentes. Las “distracciones” no perderán protagonismo, sino que vendrán más, como han demostrado relojes, gafas y otros dispositivos inteligentes que se irán mejorando gradualmente.

Es también la era de las redes sociales y la de plataformas de contenido streaming multimedia bajo demanda a través de Internet. Hablamos de Netflix o HBO, cuyo contenido es inabarcable y tiene a las personas solas, parejas o familias enteras pegadas a la pantalla durante horas. El sexo se reduce a algo ocasional.

La solución podría pasar por convertirse en la distracción, volver al Sex Shop o tienda erótica para, en esta ocasión, hacerse con lencería sexy. Bien escogida y llevada, se trata de uno de los elementos clásicos más utilizados para sugerir, para buscar el momento.

Cierto es que las mujeres tienen mucho más donde elegir. La gama de artículos va desde los conjuntos de dos piezas, picardías con ligueros, tangas, corsets, medias, bikinis, sujetadores, vestidos y mucho más. Los hombres, sin embargo, reducen sus opciones a algo propio de un disfraz de despedida de soltero.

Pero en las tiendas online de lencería erótica se pueden encontrar también disfraces que pueden protagonizar juegos muy picantes. El sexo, sea más frecuente o menos, sigue siendo cuestión de imaginación.