ANIMALISTA DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS

Tenía solo unos 9 meses cuando me hicieron mi primera fotografía (en blanco y negro, claro) al lado de dos cabritas que mis padres tenían en nuestra casa de Barrio Nuevo, en La Laguna, a tres pasos de la Cruz de Piedra. Corría el año 1957, el alcalde era Lupicino Arbelo y era normal tener casi una granja en casa. Recuerdo que, de pibe y aparte de las cabritas, teníamos gallinas, conejos, pájaros, perros, gatos y, ya de joven, hasta pude construir un palomar en el que llegué a tener, lo recuerdo perfectamente, 73 palomas. Les hablo ya de 1968, año en que era alcalde Francisco Marcos, y seguíamos teniendo animales sin problema. Dos veces a la semana, iba a buscar la leche (recién ordeñada) y de paso a comprar alfalfa (para los conejos) a la finca donde hoy se ubica el Museo de la Ciencia y el Cosmos. O sea, que mi contacto, afición, respeto y cariño por los animales, nadie puede ponerlo en duda.

¿ANIMALISTAS?.... O, MEJOR, ¿HUMANISTAS?

Ya siendo profesional del periodismo y gracias al querido y recordado Pedro Molina Ramos, pude conocer el apasionante mundo de la ganadería en Canarias y entrar en el corazón del respetuoso deporte del arrastre canario con ganado. Y por ello digo y mantengo que nadie quiere y cuida más a los animales que la buena gente de la ganadería. Pero, dicho todo lo anterior, antes que los animales, siempre ha estado y debe seguir estando (también me lo decía Pedro Molina) la atención, el respeto y el cuidado de las personas en general, y de la infancia y las personas mayores, en particular. Por eso, yo también tengo derecho a considerarme animalista, pero, antes y por encima de ello, humanista y defensor de la condición humana y las personas en toda su extensión.

¿NOS ESTAREMOS PASANDO TRES PUEBLOS?

Por ello (y con el máximo respeto a todo el mundo) creo que debo decir y digo que, muy posiblemente, hay quien puede estar pasándose tres pueblos, y al mismo tiempo (de nuevo lo digo) buscando problemas donde no debería haberlos. Y lo digo por un curioso cartel que, desde hace ya tiempo luce en la urbanización conocida como Arenas del Mar, junto a la playa de El Cabezo, en El Médano (Granadilla), municipio que en la actualidad tiene a José Domingo Regalado (CC) como alcalde. Quiero pensar que, si son tan cuidadosos y exquisitos con los gatos como se desprende del cartel cuya foto les pongo arriba, seguro que con las personas humanas y sus necesidades sociales y sociosanitarias serán todo un ejemplo. Y esto debería ser extensivo a todos los municipios de las Islas Canarias.

¡VAYAN MÁS DESPACIO!... POR LOS GATOS

Y es que el cartel que les digo pide por favor que los coches vayan más despacio, pero... ¡por los gatos!... No habla de los chiquillos del barrio, ni de las personas mayores, no. La preocupación, por lo que se ve, son los gatos. No veo, en cambio, que alguien llame la atención sobre las personas marginadas que necesitan atención social, o los problemas de inclusión que siguen teniendo muchas personas con discapacidad. Cuando el coordinador de Urgencias del Hospital Universitario de Canarias (HUC), Guillermo Burillo, me afirma que en su servicio tiene ancianos dejados por sus familiares, me subo por las paredes. Y cuando el director médico del Hospital Universitario de Canarias (HUC), Ricardo Cerrudo, me confirma que tiene personas dadas de alta administrativa, pero que siguen allí ingresadas porque nadie de sus familias va a recogerles, me sublevo. ¡Vayan más despacio, sí!... Pero para coger sentido común y, entre todos, mejorar esta sociedad.

VOLVIÓ LA FIEL PEÑA ANDALUZA-LAGUNERA

En cambio, se agradece y da esperanza en el futuro, lo que ha vuelto a suceder y que no me puedo resistir a reseñar en El Cotarro, poniendo una vez más la ya popular foto de familia anual, que certifica que la tradición se ha cumplido. Me la envía, como cada año, el incombustible Antonio García Rueda, el gran fotógrafo de prensa que durante años fue compañero en este periódico El Día, que para él sigue siendo su casa profesional. Me encanta de nuevo dar cuenta de que la Peña Andaluza-Lagunera (aunque ya son casi más los laguneros que los andaluces) ha cumplido con su tradicional cita del último domingo de enero... Ya he contado que en la lagunera plaza del Doctor Olivera había una hoy recordada tienda denominada La Recovita, que regentaba María Candelaria Mascareño (Yaya, para los amigos) con la ayuda de su esposo, el bueno de Marcos Abel Afonso, cuando Abel salía de su trabajo principal en el molino de gofio de Los Gatos, en la calle de San Juan.

DE UN SORTEO A UNA FELIZ TRADICIÓN

El año 1983, se realizó en La Recovita el sorteo de las verduras necesarias para la elaboración de un gran puchero canario y el ganador de los preciados ingredientes fue Manuel González Llanos, un suministrador de material fotográfico residente en el Puerto de la Cruz, que prefirió dejar el premio al respetado fotógrafo Antonio García Rueda, el hoy jubilado maestro de Foto Rueda, malagueño de nacimiento y lagunero de adopción, para que lo llevara como donación al Asilo de Ancianos? Muchos andaluces amigos de Antonio Rueda añadieron productos al lote inicial, con especial mención al aceite de oliva (muy andaluz y no perecedero), por lo que cada año la cantidad ha ido creciendo tanto como su generosidad. Antonio Rueda, y su inseparable esposa Antonia, tienen un mérito especial porque (sin menospreciar al resto) ellos dos no paran de animar a unos y otros para que la tradición no decaiga y que el donativo llegue cada año. Antonia y Antonio son unos auténticos puntales y, si me lo permiten, este año deseo cargar las tintas en un reconocimiento y homenaje a ellos dos, que son la discreción en la caridad personificada.

MÁS DE 300 LITROS DE ACEITE DE OLIVA

El pasado domingo día 27 (como cada último domingo del mes de enero desde hace 36 años) se repitió el gesto y, aglutinados por los propios Antonio García Rueda y su esposa, más de 30 andaluces-laguneros volvieron a la Casa Hogar del Santísimo Cristo y, tras la misa celebrada por el padre Vicente Cruz Gil, pidieron permiso a la madre superiora, sor María de la Cruz Rey, y le entregaron a la veterana sor Cipriana, la querida monjita que regenta la cocina del asilo desde años y años, ¡más de 300 litros! de aceite de oliva (andaluz, por supuesto) así como una tremenda cantidad ¡más de 1.300 kilos! de productos de alimentación que, sin duda, ayudarán a la gestión del centro? Realizado el solidario gesto y cumplida la tradición, Antonio Rueda y los andaluces-laguneros aprovecharon para disfrutar de un almuerzo de confraternidad y reforzar los lazos que siempre han unido a Andalucía con La Laguna. ¡Felicidades!, y, como les dijo la madre superiora sor María de la Cruz al finalizar la santa misa, ¡¡que nunca las mañas pierdan!!

josecarlosmarrero@elcotarro.com