Durante varias décadas, hombres y mujeres del campo de Arona sacaban en procesión al Cristo de la Salud para pedir la lluvia necesaria para garantizar su sustento, una tradición que tuvo su origen en la década los veinte del siglo pasado y que se recuperó en 2016, tras dos años de suspensión o abandono.

Ayer, de nuevo decenas de aroneros y de visitantes desempolvaron los recuerdos y volvieron a repetir esta tradición y en la misma fecha de entonces, cada primer domingo del mes de marzo. Se trata de la Rogativa de la Lluvia, en la que también intervino el alcalde de Arona, José Julián Mena, y en la que estuvieron presentes miembros de la Corporación municipal.

El recorrido se inició a las 10:00 horas, cuando la imagen salió de la parroquia por las calles Domínguez Alfonso, avenida de la Constitución, La Mejora, calle del Sitio y Camino Llano del Rey, hasta alcanzar la capilla de la Virgen, donde tuvo lugar la eucaristía. Después, la imagen rodeó el cementerio hacia la parte alta de Montaña Fría. En el ruego que expresó al Cristo de la Salud, José Julián Mena recordó que la petición de lluvias formulada por mujeres y hombres está ligada a su sustento y al de sus familias, por lo que pidió "prosperidad para las vecinas y los vecinos de Arona, trabajo para todas y todos, unidad e impulso para continuar con los proyectos, para seguir avanzando juntos".

Mena hizo una referencia específica a los orígenes del municipio para solicitar que "no olvidemos nunca, con humildad, quiénes somos y de dónde venimos; no olvidemos el trabajo de la tierra ni nuestras medianías, que tenemos que seguir cuidando y mejorando en un esfuerzo conjunto de las mujeres y hombres que formamos parte de este pueblo".