La semana pasada fueron desveladas a la opinión pública dos interesantes reflexiones urbanísticas sobre el futuro de la ciudad de Santa Cruz con bases en el patrimonio histórico y en la "fortaleza" como lugar de expansión del litoral sur de la capital tinerfeña

Por un lado, el arquitecto, profesor universitario y urbanista Federico García Barba, en el marco del ciclo organizado por la Asociación en Defensa del Patrimonio, cuya segunda charla protagonizó, consideró, entre otras cosas, "insuficientes" los planes especiales del Antiguo Santa Cruz y del Barrio de los Hoteles-Pino de Oro que fueron licitados hace apenas unos días para su redacción.

En la conferencia titulada "Los orígenes urbanos de Santa Cruz y su transformación", el experto destacó el deterioro que han sufrido por el paso del tiempo y "la inacción" institucional los cascos históricos. En un recorrido por la historia arquitectónica de Santa Cruz destacó su relación con el mar.

Precisamente sobre el mar disertó otro arquitecto, Chus del Real, quien llevó hasta Añaza su trabajo "Santa Cruz abierta al mar" para resaltar la importancia del barrio del Suroeste y su costa, incluida la del vecino Acorán. Propuso crear una piscina natural en la zona del muelle, "ganada al mar y con un suelo blando que facilita la posibilidad de delimitar en ese entorno un vaso natural."

Por último, Del Real remarcó la necesidad de "conectar Añaza con el resto de la ciudad en dirección hacia el centro de la capital a través de un modelo de ramblas con continuidad".