Sigue habiendo okupas en el antiguo colegio de las Asuncionistas, en el parque Viera y Clavijo. Así lo aseguró la Asociación por la Rehabilitación del Parque Cultural Viera y Clavijo y lo pudo comprobar este periódico, que vio en las inmediaciones a una de las personas que el 9 de febrero de este año ya denunció EL DÍA que residían allí.

Aunque el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife ha hecho grandes esfuerzos para mejorar la imagen del parque, los edificios que están dentro del recinto fueron cedidos, mediante un convenio, a la Consejería de Cultura del Gobierno de Canarias, para su rehabilitación.

Los recortes de la crisis llevaron a paralizar las obras y el paso del tiempo al abandono y a que diversas personas utilicen un inmueble que es Bien de Interés Cultural (BIC) como improvisado hogar.

Por todo esto, Ana Mendoza, presidenta de la citada asociación, cree que las pretensiones del ayuntamiento de poner un parque infantil son "una tomadura de pelo". Mendoza criticó que en el último pleno no se aprobara que una comitiva inspeccionara el estado del edificio por dentro.

"Están subiendo a la parte alta del edificio, están haciendo botellón, están tirando cosas...", asegura. Aunque reconoce que se han puesto candados y cadenas, también dice que estas personas "los han quitado".

Mendoza asegura que ha dado cuenta de estos sucesos a la Policía y a la Viceconsejería de Cultura, sin que estos avisos hayan supuesto ningún cambio sustancial.

Desde que se denunció el estado lamentable del parque y de los edificios, el ayuntamiento se ha empleado en limpiarlo y ha pintado el muro que da a la avenida Reyes Católicos. Sin embargo, la parte que da a San Sebastián mantiene una pared llena de grafitis, que oculta "una ceiba más que centenaria", critica Mendoza. Con esa entrada "no sabe uno ni donde entra", opina Abel Delgado, vecino de la zona.

Un parque querido

Antes de que se cerrara el recinto para acometer la rehabilitación de los inmuebles, Abel y su mujer aseguran que iban "todos los días" al parque, pero desde que se volvió abrir solo la parte del jardín, no lo han vuelto a visitar. "Solo entran con perros y los sueltan", opina.

José María Tarifa, otro vecino de la zona, apunta a que el lugar es "peligroso por la tarde". "Es una pena que esté tan descuidado, yo iba al parque antes, pero ahora no se puede ir", añade.

Carmen Medina recuerda que incluso estuvo en una boda en la capilla con la que cuenta el edificio, pero que no ha vuelto a ir desde que se cerró para hacer las obras. "Si no hay dinero para arreglarlo qué vas a hacer. Hay otras cosas más importantes, como quitar un poco el hambre".

María del Carmen Sierra es la única de los entrevistados que atravesaba el parque en el momento de hablar con ella. "Es un buen sitio para pasar, tiene árboles, verde". "Yo pensé que las obras continuaban, despacito pero que continuaban", dijo. En su opinión "todo lo que sean árboles y naturaleza está bien".

Un espacio privilegiado

Ana Mendoza, presidenta de la Asociación por la Rehabilitación del Parque Cultural Viera y Clavijo, considera que el espacio y el lugar en el que se encuentra es privilegiado, pero para que se pueda usar cree que no se debería permitir que hubiera perros sueltos.

"Que pongan un cartel con las normas como en todos los parques", pide. Mendoza critica que lo que se ha hecho en el parque es "parchear" y pide que "si no hay dinero" se saque el proyecto a "la iniciativa privada".

También criticó la respuesta de la concejala de Cultura, Clara Segura, en el último pleno. "Dijo que el púlpito de la iglesia estaba custodiado dentro cuando nunca ha habido púlpito en esta capilla".

La posible situación de expolio y destrozo dentro del edificio preocupa a esta asociación, que no entiende que el ayuntamiento se escude en un convenio de cesión a la Consejería de Cultura para permitir que continúe el destrozo de un BIC.