Un niño de 12 años falleció el viernes en Valladolid a consecuencia de la herida de bala que le provocó el disparo de un revólver cuando estaba en una vivienda en compañía de su primo, de 16 años, quien al parecer fue el que realizó la detonación de modo fortuito.

El arma, de pequeño calibre, pertenecía al abuelo de los menores, y la detonación, según las primeras investigaciones de la Policía Nacional, se produjo de forma accidental cuando los dos chicos se encontraban solos en la casa. No obstante la Policía mantiene abiertas otras hipótesis sobre la autoría del disparo.