Un centro de tratamiento del ébola en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC) sufrió este miércoles un segundo ataque de hombres armados en poco más de una semana, un incidente que no causó víctimas, pero provocó la huida de enfermos, informó el Gobierno.

El ataque ocurrió en el centro de Butembo, en la provincia de Kivu del Norte, informó el Ministerio de Sanidad de RDC en un comunicado remitido hoy a Efe, al precisar que el asalto fue obra de "hombres armados no identificados".

En las instalaciones, que gestionan el Ministerio de Sanidad y Médicos Sin Fronteras (MSF), se encontraban "38 pacientes sospechosos (de haber contraído el virus) y 12 pacientes confirmados" en pruebas de laboratorio.

"De los pacientes sospechosos, 32 huyeron. Y entre los casos confirmados, ocho fueron hallados en sus habitaciones individuales. Se están realizando investigaciones para encontrar a los cuatro fugitivos confirmados", se precisa en el comunicado.

"Todos los pacientes encontrados, así como el personal médico, están a salvo e ilesos", agregaron las autoridades sanitarias congoleñas.

El ataque ocurrió después de que dos enfermos de ébola murieran el pasado día 24 en un incendio provocado por miembros del grupo rebelde Mai Mai en ese centro de Butembo.

El brote de ébola, que afecta a la provincia de Kivu del Norte y a la vecina Ituri desde principios de agosto de 2018, ha causado ya 553 muertes (488 confirmadas en laboratorio) en 879 casos (814 confirmados).

El noreste de la RDC sufre un largo conflicto alimentado por decenas de grupos rebeldes, pese a la presencia de las Fuerzas Armadas del país y de los efectivos de la misión de la ONU en el país, la Monusco, lo que complica la lucha contra la epidemia.

El brote actual es el décimo que padece el país y el segundo más letal de la historia.

La epidemia más devastadora a nivel mundial se declaró en marzo de 2014, con casos que se remontan a diciembre de 2013 en Guinea-Conakri, país del que se expandió a Sierra Leona y Liberia.

Casi dos años después, en enero de 2016, la Organización Mundial de la salud (OMS) declaró el fin de esta epidemia, en la que murieron 11.300 personas y más de 28.500 fueron contagiadas, cifras que, según esta agencia, podrían ser conservadoras.

El virus del ébola se transmite a través del contacto directo con la sangre y los fluidos corporales contaminados, provoca fiebre hemorrágica y puede llegar a alcanzar una tasa de mortalidad del 90 % si no es tratado a tiempo.