El presidente de BP España, Luis Aires, ha dicho hoy que el anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética que se conoció en noviembre tiene "mucha prohibición y mucha obligación", y ha defendido que se sustituya la prohibición por la promoción de todo lo que reduzca emisiones.

Aires, que ha intervenido en una mesa del XVI Encuentro de Energía organizado por la escuela de negocios IESE, ha defendido que se incentive cualquier tecnología que reduzca emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero, en lugar de primar a una determinada, como considera que hace el anteproyecto con el coche eléctrico.

En su opinión, ninguna tecnología que contribuya a reducir emisiones debería quedar excluida de recibir incentivos públicos y ha advertido que provocar un retraso en las decisiones de los consumidores de cambiar de coche lo único que incrementa es el problema de la calidad del aire en las ciudades.

Aires ha recordado que la media de edad del parque automovilístico español es de doce años y ha manifestado que medidas como las recogidas en el anteproyecto sólo agravan el problema.

Ha manifestado que el coste de CO2 puede favorecer la competencia entre las distintas tecnologías, de manera que las más intensivas en CO2 tendrían un coste superior y las menos intensivas menor, pero cree que no se debe desechar ninguna tecnología en la transición energética.

En su opinión, la medida recogida en el anteproyecto de prohibir la matriculación y venta de cualquier vehículo que no sea 100 % eléctrico en 2040 no va en la dirección de que haya neutralidad tecnológica y, además, manda una "señal muy delicada" a la industria del automóvil y del refino.

Ha recordado que en España de los 23 millones de vehículos que hay sólo 30.000 son 100 % eléctricos, y ha criticado que el anteproyecto de ley obligue a las estaciones de servicio con determinado volumen de ventas a instalar puntos de recarga, ya que va contra la libertad de empresa y obliga a hacer inversiones que pueden dejar de ser rentables en poco tiempo.

En lugar de ello, Aires cree que se debería incentivar la inversión en puntos de recarga.

Por su parte, la directora general de Negocio, Comerciales y Química de Repsol, Victoria Zingoni, ha señalado que su compañía tiene una apuesta por seguir creciendo en el mundo de las renovables, tanto en energía fotovoltaica como eólica, después de haber alcanzado los tres gigavatios de generación eléctrica tras la compra de activos de Viesgo.

Ha explicado que la estrategia de la compañía es que el cliente en sus estaciones de servicio encuentre toda la energía que puede necesitar, tanto combustibles, incluido el autogas, como electricidad.

Zingoni ha coincidido con Aires en que ninguna fuente de energía por sí sola va a ser suficiente para atender la creciente demanda de energía en el mundo, y que el gas será un fuente importante durante toda la transición energética y desplazará al carbón.

En el caso del transporte, ha apuntado que un vehículo de combustible de hoy en día emite diez veces menos de lo que lo hacía uno de diez años atrás.

Por su parte, el director de Estrategia y Desarrollo de Negocio de Cepsa, Héctor Perea, ha afirmado que en los primeros años de la transición energética va a ser fundamental contar con todas las fuentes de energía y ha indicado que la gasolina que sale de las refinerías de Cepsa es hoy un 40 % menos intensiva en carbono que hace tres años.

Ha añadido que el gas jugará un papel fundamental en la atención al consumo energético hasta 2030, crecerá un 35 % e irá desplazando al carbón, sobre todo en la producción eléctrica, al tiempo que ha subrayado que el sector de petróleo y gas en Europa invirtió el año pasado 7.000 millones de euros en energías renovables.