El cierre ayer de la Semana Santa abre un nuevo reto para las hermandades de La Laguna: renovar su principal órgano de gestión, la denominada "Junta de Hermandades y Cofradías". Esta institución ha estado presidida en los últimos seis años por Pedro López, a pesar de que estatutariamente aparece establecido un máximo de dos mandatos de dos años cada uno. Pero ocurrió en 2016 que se cerró el plazo de presentación de candidaturas sin que se hubiese registrado ninguna, y el Obispado terminó concediéndole a López una dispensa de dos años.

Vencido ese período excepcional, varios pesos pesados de las cofradías explican que la situación se antoja parecida a la del anterior proceso electoral. El intervalo para cursar las propuestas arrancó el pasado 27 de marzo y se cerrará el 10 de abril, y al menos hasta ayer no había sido formalizada ninguna alternativa. Lo que sucede, según las mismas fuentes, es que, en principio, los nombres que han sonado durante las últimas semanas no van más allá del rumor o la suposición, si bien el de las hermandades es un ámbito reducido en el que lo habitual es que la voluntad de concurrir a estos comicios se conozca con antelación o hasta se comente abiertamente.

En concreto, la JHC -por sus siglas- es un órgano que engloba a las distintas cofradías del municipio (26 en total y algunas de ellas de fuera del casco). Esta entidad celebra plenos a los que acuden dos representantes de cada una de esas organizaciones y, en paralelo, cuenta con un comité ejecutivo con diferentes cargos (presidente, vicepresidente, secretario, tesorero, maestro de ceremonias y cuatro vocales). Es para formar esa junta para lo que ahora mismo se buscan interesados.

En una entrevista publicada ayer en este periódico, el actual presidente expresó que su deseo es no continuar aunque volviese a repetirse el escenario de dos años atrás. "Creo que no debo seguir", aseveró. ¿Y si las hermandades le insistiesen? "No creo que continúe. Está claro que nunca se puede decir nunca jamás, pero no en esto, sino en la vida, y quiero que quede claro que no estoy dejando la puerta abierta a nada. No es sano, ni institucional ni personalmente". Sus palabras seguían a las manifestaciones una semana antes, también en una entrevista en EL DÍA, del obispo, Bernardo Álvarez. Preguntado por si era partidario de una nueva prórroga, el prelado nivariense defendió la renovación, pero encabezó su respuesta con una frase que pilló a algunos cofrades con el pie cambiado: "Cuando llegue el momento, ya veremos lo que hacemos". Lo sorpresivo de la afirmación, de la que se interpreta que habría posibilidades para otra ampliación, reside en que Álvarez llegó a poner reparos a la continuidad de Pedro López en 2016. Cuando concluyó el plazo y las hermandades pidieron que siguiese su todavía hoy presidente, el obispo dirigió a estas una carta defendiendo la conveniencia de intentar renovar el cargo. No obstante, el escrito, que fue leído en un pleno, no hizo a estos colectivos cambiar de parecer, y perseveraron en su deseo de una dispensa.

Para la renovación de la Junta de Hermandades, cuya importancia va de la mano del predicamento que conserva la Semana Santa lagunera, está en marcha un proceso que contempla un mecanismo para evitar que el órgano quede vacante (aunque en la anterior ocasión no funcionó). Primero, cada hermandad puede presentar uno o dos candidatos que firmarán un documento en señal de conformidad -y que no es necesario que pertenezcan a esa corporación que los avala-; después, el Comité Ejecutivo de la JHC confecciona una terna con los tres nombres que tengan más respaldos, y a continuación el listado va a votación plenaria. "En el supuesto de que no hubiese habido presentación de candidatos en el plazo señalado, se reunirá el Pleno de la JHC y se procederá a elegir libremente a la persona que estime adecuada", rezan los estatutos.

Sea quien sea el nuevo líder tendrá por delante retos y actos de importancia: mantener el ritmo de actividades de los últimos años, entusiasmar a los miembros de las hermandades y al público de las procesiones para evitar la caída de estos desfiles, el debate del estilo y la introducción de lo andaluz, y la tan nombrada últimamente formación cofrade, así como la visita de la Virgen de Candelaria y el bicentenario de la Diócesis.

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Siempre hubo candidatos a presidir la Junta de Hermandades y Cofradías (JHC) hasta lo ocurrido en 2016, cuando se cerró el plazo sin interesados y tampoco apareció ninguno en el período extraordinario contemplado en los estatutos.

El continuismo ha sido otra de las tónicas. El máximo responsable de este órgano cofrade ha salido en todos los casos de la junta de gobierno anterior. También es cierto que, desde que la JHC cuenta con un presidente y un órgano directivo, solo en una ocasión concurrieron dos alternativas. Ganó en aquel caso la continuista, si bien acabó dimitiendo unos meses más tarde. Fue ahí cuando comenzó el prolongado mandato de Pedro López.

De los miembros del actual comité, y por unas cosas o por otras, ninguno parece mostrar demasiado interés en ponerse al frente. El cierre de candidaturas será, en cualquier caso, el que despeje esa incógnita.