Hay casos de acoso escolar que se paralizan durante las vacaciones de verano al salir la víctima del entorno de las aulas, de modo que puede tener así una "tregua" en su sufrimiento, pero también existen "muchos casos de jóvenes que se llevan el acoso al verano", especialmente debido a las redes sociales.

Lo alerta en declaraciones a Efe la supervisora del Teléfono ANAR (Ayuda a niños y adolescentes en riesgo) y psicóloga Yanire Gutiérrez, después de conocerse esta semana que cuatro chicas de entre 14 y 17 años han sido detenidas y puestas bajo la tutela de sus padres por, presuntamente, vejar, humillar y agredir físicamente a otra menor de 15 años en Alicante.

El suceso que originó los citados arrestos se produjo el 22 de julio durante las fiestas de la localidad de San Vicente del Raspeig, aunque dos de las implicadas ya habían sido detenidas meses atrás en Alicante por hostigar a la misma víctima.

Esta experta señala que "lamentablemente" es "habitual" ese tipo de comportamiento en el acoso escolar entre menores. Es decir, si en el entorno del colegio acosan a una persona, los acosadores vuelven a hacerlo "sin ningún pudor" si se la encuentran en otros sitios, "insultándola e incluso agrediéndola como es el caso".

Gutiérrez explica que en verano sigue habiendo un volumen importante de llamadas al teléfono de ANAR (900 20 20 10), aunque disminuyen respecto a otros meses, y que los chicos que se ponen en contacto denuncian, por ejemplo, que en la playa continúan siendo acosados.

Es fácil que a través del whatsapp se sigan encontrando "insultos, vejaciones y humillaciones, situaciones que no descansan en verano, lamentablemente", resalta Gutiérrez.

Los acosadores suelen actuar en grupo, ya sea en la violencia presencial o a través del acoso en las redes. Los acosadores en grupo "se refuerzan". "Quizá cuatro o diez personas no están realizando el hecho en sí del acoso, pero lo están legitimando si lo ven o participan con risas y sin entender la gravedad de un hecho que hay que frenar", advierte la psicóloga.