El metoprolol, un fármaco usado desde hace 30 años para dolencias cardíacas, es capaz de reducir el daño que un infarto provoca en el músculo del corazón. Científicos españoles han descrito cómo actúa el medicamento, lo que ampliará su uso a otras patologías y cambiará los protocolos ante los infartos.

El hallazgo lo realizaron científicos del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), del CIBER de Enfermedades Cardiovasculares y del Instituto de Investigación Sanitaria Fundación Jiménez Díaz.

"Desde hace más de treinta años, el metoprolol se usa para tratar taquicardias, arritmias, y problemas de tensión arterial, pero nunca se había estudiado si al administrarlo de forma precoz podría reducir los daños provocados por un infarto", explica a Efe Borja Ibáñez, director del departamento de investigación clínica del CNIC y coautor del estudio.

El equipo de investigación de este cardiólogo publicó en 2013 los resultados de un ensayo clínico con 300 pacientes que demostraba que el metoprolol era útil para combatir los infartos. A la mitad de los pacientes se les administró el fármaco justo después del diagnóstico, a la otra mitad no.

El resultado fue contundente: la administración precoz del fármaco reducía hasta en un 25% la cantidad de músculo necrosado (muerto) tras el infarto. Pero los responsables del estudio quisieron saber por qué funcionaba.

El corazón tiene tres arterias coronarias, "tres tuberías que llevan sangre al órgano pero algunos factores como la acumulación de grasa pueden hacer que una de estas tuberías se obstruya".

Cuando esto ocurre, tiene lugar el infarto: una parte del músculo del corazón deja de recibir oxígeno y nutrientes, se muere y no vuelve a contraerse.

El tratamiento actual es realizar un cateterismo para eliminar el coágulo pero, "aunque se desatasque la tubería siempre queda dañada una parte del músculo".

Cuando se produce un infarto, el organismo libera glóbulos blancos (neutrófilos), para defender al cuerpo de infecciones. "El problema es que se acumulan en el corazón y al desatascar la tubería con el cateterismo, entran en el músculo y producen daños irreversibles". Se trata de un daño colateral, que hasta ahora se consideraba necesario.

Sin embargo, el equipo del CNIC comprobó que el metoprolol funciona porque actúa directamente en los glóbulos blancos: "Neutraliza a los neutrófilos y reduce los daños que causan".