El fiscal coordinador de Menores del Tribunal Supremo, Javier Huete, ha opinado que "hay que empezar a decir a los niños que no", ponerles determinados límites para que vean que "el mundo no se construye solo con derechos" sino que para ejercer esos derechos tienen que cumplir también con obligaciones.

En una entrevista concedida con motivo del XI Congreso Nacional de la Abogacía que se ha celebrado en Vitoria, Huete, que accedió a su nuevo cargo hace apenas un mes, ha considerado que a los niños españoles "todavía no se les ha dicho que no".

"Los padres -ha asegurado- tienen que aprender a decir a los niños que no en alguna ocasión, no puedes estar diciéndole a un menor permanentemente tienes derechos, tienes derechos; tienes que decirle: tienes derechos, pero si quieres ejercerlos tienes también obligaciones".

"¿Es normal que un niño de 10 años disponga de un smartphone con tarifa plana a internet? Pues a lo mejor no", ha explicado el fiscal, para quien "los padres se han empeñado en entregar a la escuela la educación de los hijos" y en algunos casos no respetan a sus profesores.

En cuanto al debate sobre la rebaja de la edad penal desatado a partir del suceso ocurrido en Barcelona hace unas semanas, cuando un niño de 13 años mató con una ballesta a su profesor, el fiscal se ha mostrado contundente a la hora de dejarla en los 14 años actuales.

Ese límite a partir del cual un menor puede ser condenado debe quedarse, a su juicio, "tal y como está" porque "es una edad lo suficientemente meditada para valorar que todavía la formación de ese menor no está lo suficientemente desarrollada", y "por un caso puntual" no se puede rebajar.

El problema del yihadismo y los menores -ya se ha detenido a varios dispuestos hasta a viajar a Siria- es otro de los que centra las preocupaciones de su área.

"No es un asunto en absoluto fácil, hay que partir de la base de que aquí el entorno familiar es el que ha podido facilitar el acercamiento a posturas extremistas", ha indicado Huete, aunque ha añadido que no siempre es así y en otros casos estos niños se radicalizan al acceder a páginas web yihadistas.

La Fiscalía, ha aclarado, puede actuar para que un menor no salga de España si se le va a someter a algún tipo de vejación, pero lo complicado es "eliminar ese poso cultural" extremista de su familia o ambiente, en el que las conductas terroristas se ven como positivas. "Habrá que ayudar al entorno a que asuma esos valores constitucionales, el extremismo de cualquier tipo se cura con formación", ha opinado, aunque la formación es un asunto que requiere de mucha inversión económica de las instituciones.

Otro de los fenómenos que han aumentado en los últimos años es la violencia de género entre los propios menores, casos de celos y control sobre la menor en sus relaciones de noviazgo que las chicas ven "algo lógico" y que, al igual del caso del yihadismo, también depende de la educación.