El Servicio Catalán del Tráfico (SCT) ha puesto en marcha en período de pruebas un nuevo modelo de radar pionero en Europa que combina la energía solar y la eólica, por lo que se puede situar en puntos conflictivos de las carreteras donde no llega la electricidad.

El director del SCT, Joan Aregio, ha anunciado hoy durante unas jornadas en Barcelona sobre Sistemas Inteligentes de Transporte que hace un mes y medio que están funcionado, en período de pruebas, dos de estos radares, situados en L''Arboç (Tarragona) y Biosca (Lleida).

Según Aregio, el nuevo sistema tiene la ventaja respecto a los radares convencionales, que funcionan a partir de la energía eléctrica, de que se pueden instalar, independientemente de que llegue o no la electricidad, en el punto exacto donde se pretende actuar para combatir la siniestralidad.

Los dos radares que están funcionado desde hace un mes y medio en Cataluña no sancionan aún a los conductores que rebasan los límites de velocidad permitidos, ya que, como ocurre siempre que se desarrollan nuevos sistemas, se les da un período de pruebas.

Según Aregio, está previsto que los nuevos radares empiecen a sancionar dentro de dos meses, una vez que se haya validado que su funcionamiento es correcto.

Además, el responsable de Tráfico ha desvelado que de los treinta nuevos radares que se quieren instalar en Cataluña este año, unos cuatro o cinco serán eolicosolares.

El nuevo radar eolicosolar, del que no existen modelos iguales en Europa, cuenta con una antena de unos 14 metros, en la que a media altura figuran entre dos y cuatro paneles solares y, encima de todo, un molino de viento con cinco aspas.

El sistema dispone de un conjunto de baterías que acumulan energía, de forma que el radar tiene la autonomía suficiente para funcionar por la noche -aunque no sople el viento- y durante un tiempo si no aparece el sol ni el viento.

El responsable de Tráfico ha recordado que Cataluña ya fue pionera en España en la implantación del control de la velocidad por tramos, que se aplica en el Túnel de Vielha (Lleida) y que a lo largo de esta legislatura se extenderá a unos quince tramos de carretera, no siempre ubicados en el interior de túneles.

Este control por tramos, que calcula la velocidad media de un trayecto relativamente corto y multa a los conductores que superen el tiempo máximo de paso previamente establecido, tiene la ventaja respecto al radar tradicional de que evita los acelerones y las frenadas que a veces se dan cuando los conductores detectan la presencia de un radar fijo.

Aregio ha hecho un balance altamente positivo del sistema de control por tramos y ha aclarado no obstante que el "modelo Vielha" y los radares tradicionales no son sustitutivos, sino complementarios.