Suiza se vio obligada a destruir 3,5 millones de vacunas contra la gripe A, valoradas en 41 millones de francos suizos (unos 31 millones de euros), después de que éstas quedaran caducadas, señaló ayer un portavoz de la Oficina Federal de la Salud a la agencia de noticias helvética Ats.

Un nuevo virus de la gripe, conocido bajo las siglas AH1N1, apareció en el segundo semestre de 2009 en Norteamérica y se propagó rápidamente a todo el mundo, lo que empujó a la Organización Mundial de la Salud a declarar la primera pandemia de la historia. Una vacuna contra esa nueva cepa viral fue rápidamente desarrollada por la industria farmacéutica y, temerosos de las consecuencias de la pandemia, varios gobiernos de países ricos encargaron dosis suficientes para vacunar a sus poblaciones enteras e incluso más. El Gobierno suizo encargó 13 millones de dosis para una población de unos 7,5 millones de habitantes, pues inicialmente no estaba claro si una inmunización efectiva requeriría una o dos dosis.