Una de las estrategias de los acusados durante el juicio por Los Tarajales fue recurrir a su formación para demostrar que no tenían conocimientos para saber de Urbanismo; es decir, de planes generales, normas subsidiarias... El alcalde, Ángel Pablo Rodríguez, afirmó que "yo soy maestro de escuela, no tengo porqué conocer las normas urbanísticas". Un poco más lejos fue su primer teniente de alcalde y responsable de Urbanismo durante lustros, Juan Miguel Rodríguez Acosta, que será candidato por Nueva Canarias a la Alcaldía en las elecciones de 2019 si es que no lo inhabilitan antes. Afirmó que es simplemente "peón de albañil", aunque UB-CC depositara en sus supuestos conocimientos la planificación de un municipio que aspira a ser referente turístico. Llegó a declarar que nunca había leído la Ley de Costas o que "yo no sabía dónde estaba en ese momento el bien o el mal". Al fiscal las declaraciones nunca le cuadraron y le sorprendió incluso que los acusados expusieran ser poco conocedores de aspectos de ordenación y, sin embargo, hicieran valoraciones técnicas de calado en documentos oficiales, como los que constan en la instrucción. "El argumento es la ignorancia, una ignorancia simulada", llegó a afirmar el Ministerio Fiscal que pidió a la jueza la inhabilitación de los acusados "para que no vuelvan a estar en labores de gobierno". Los otros tres ediles acusados declararon que desconocían en profundidad las sentencias de Los Tarajales, que sí participaron en la comisión por la que se otorgó la licencia pero que casi ni sabían lo que votaban, que no se leían la documentación... Hubo afirmaciones variopintas. El fiscal, en su exposición de conclusiones, afirmó sin tapujos que "los ciudadanos se merecen algo más de sus gobernantes" y no "concejales que voten sin saber", por lo que mantuvo la pena también para los tres ediles con menos poder en aquel gobierno.