El Cabildo de La Palma ha elaborado un proyecto para explotar el caravaning en la Isla, como forma de entender el disfrute del tiempo libre en contacto directo con la naturaleza, una iniciativa en la que pretende involucrar a todos los ayuntamientos palmeros.

La idea de la institución insular es firmar convenios de colaboración con las corporaciones locales para habililitar zonas destinadas a caravanas y autocaravanas (estacionamiento y puntos de evacuación) en cada uno de los municipios. Además, señalizar las infraestructuras viarias y los accesos y vías con los servicios y espacios habilitados para estos vehículos.

En el proyecto se incluye regular la movilidad en autocaravana en las ordenanzas municipales y en las leyes de rango superior relativas a la movilidad y el estacionamiento de vehículos, así como en los planes de ordenación del espacio público.

Desde el Cabildo de La Palma se defiende que el caravaning "no es incompatible" con ningún otro tipo de turismo, "y cuenta con numerosas ventajas". La primera de ellas "es que genera unos ingresos a las empresas locales en forma de dinero efectivo".

A propósito, hace hincapié en que "el dinero sale del bolsillo del visitante y va directamente a la caja registradora". Desde combustible a compra de artículos de primera necesidad en tiendas, supermercados y mercadillos, visitas a museos, restaurantes y locales de ocio. Esto "frente a otros tipos de turismo que llegan con media pensión o pensión completa, lo que supone un menor gasto en empresas locales", sostiene la propia institución insular.

El objetivo esencial de este proyecto es "hacer que las familias de caravanistas sean bien recibidas con una oferta cultural y gastronómica", sin ocupar una sola cama de hotel, que se dejan para el turismo convencional "que tan necesario es para la Isla, al general puestos de trabajo que se traducen en nóminas y sueldos que se gastas en las empresas locales".

La propuesta a los ayuntamientos puede concretarse, según esta iniciativa, habilitando zonas "para entre tres y cinco caravanas en los diferentes municipio", previo permiso, pago de tarifa o cualquier otro requisito que se considere necesario, "y nunca en un período superior a las dos noches y con un período no inferior a una semana antes de regresar al mismo lugar".

Los redactores del proyecto subrayan que "dos noches es el tiempo que supone un fin de semana, pero más allá de esto obliga al caravanista a continuar su ruta por otros municipios de la Isla", repartiendo el gasto.

Cada una de las zonas habilitadas vendría acompañada de una promoción específica del municipio: museos, lugares de interés, mercadillos, artesanía, yacimientos arqueológicos, senderos, fiestas locales, bares y restaurantes con una especial atención a las especialidades de cada uno de ellos, y precios orientativos que inviten al visitante al consumo en las empresas locales.

Experiencias previas altamente satisfactorias

La apuesta del Cabildo de La Palma por las caravanas se ha producido después de comprobar los beneficios para el comercio local de las tres vueltas a la Isla que se han llevado a cabo con este tipo de vehículos, la última en 2016 con la participación de un centenar de caravanas y autocaravanas con unos 250 ocupantes procedentes de diferentes rincones de Canarias, donde ha sido clave la implicación de la Asociación Cultural Recreativa Caravanistas de La Palma, que ya advirtió de que el objetivo de estos encuentros era "mostrarse como un modelo de turismo alternativo y compatible con otros modelos tradicionales". Diferentes ayuntamiento ya han dado un paso al frente ofreciendo espacios para estos vehículos.