Dorian Acosta nació para la danza. Con un talento innato, marchó joven a Madrid en busca de un sueño que no tardó en cumplir tras superar las pruebas en el Conservatorio Profesional de la capital de España. Ahora, a sus 30 años, es el primer bailarín del prestigioso Ballet de Víctor Ullate, además de estar nominado como Mejor Intérprete Masculino de Danza a los Premios Max 2011. El joven, nacido en Tazacorte, vuelve a La Palma gracias al II Festival Una Punta de Danza.

Se fue a Madrid con 15 años en busca de un sueño que se prolonga en el tiempo, ¿verdad?

Fue una aventura que se alarga en el tiempo. Siempre me gustó mucho bailar desde pequeño y tanto el Cabildo como los ayuntamientos de Tazacorte y Los Llanos de Aridane entendieron que era mejor que me fuera de la Isla para formarme. Hice una prueba de acceso al Conservatorio de Madrid, me aceptaron, algo que no me esperaba, y a partir de ese momento ha salido todo rodado.

De Tazacorte salen buenos futbolistas, también luchadores, pero bailarines...

Todos mis amigos del colegio jugaban muy bien al fútbol, también tengo familiares que hicieron lucha canaria y eran buenos, pero yo desde pequeño solo bailaba. Nunca me llamó la atención hacer fútbol o lucha. Lo mío era una vocación.

¿Cómo se llega a ser tan bueno en su profesión?

El esfuerzo es muy importante. Hay que hacer un sacrificio muy grande, aunque en mi caso no es tanto porque el baile es lo único que me gusta hacer, es por lo que me dan ganas de vivir y de seguir. El esfuerzo lo compensa estar en un escenario y recibir los aplausos del público. Es una experiencia que vale por todo.

¿Cómo es su vida en Madrid?

Con muchas horas en el trabajo. Trabajamos de diez de la mañana a seis de la tarde y luego tenemos muchas giras. Bueno, también salimos de fiesta y hacemos lo que hace todo el mundo.

¿Qué se siente al estar en La Palma para mostrar su talento a su gente?

Para mí es un gran orgullo estar en mi tierra y actuar para mi gente, que puedan ver el trabajo que hemos hecho durante tantos años. Me apetece bastante y es una enorme alegría.

De todas formas, su vinculación con la Isla es habitual e incluso algunos de sus compañeros de compañía compraron pisos en Tazacorte tras traernos....

¿Cómo sabe usted eso? Es verdad. Me sorprende. Gente del ballet, amigos míos, han comprado casas en Tazacorte. Ha venido hasta mi jefe. Yo, siempre que me dan vacaciones, vengo a La Palma. Pese al tiempo transcurrido, mis mejores amigos son palmeros.

¿Le queda algún sueño por cumplir?

Sí, alguno me queda, pero más a largo plazo. Tenía un sueño desde pequeño que era bailar, ese ya está cumplido, y el siguiente es para cuando me retire.