No es sólo una guerra de cielos. La oferta económica de 300 millones de euros que España ha adjuntado a la candidatura del Roque de Los Muchachos para hacerse con el supertelescopio europeo, una tercera parte del presupuesto total de la construcción, está pesando más de lo que inicialmente se pensaba ante las dudas existentes en el Observatorio Austral Europeo (ESO) respecto a la viabilidad económica del macroproyecto.

Sin la inversión española, que sólo se produciría si el E-ELT (European Extra Large Telescope) se ejecuta en La Palma, el proyecto podría ser económicamente inviable, entre otras razones, porque el ESO no cuenta con los fondos necesarios para ejecutarlo. Por ello, la necesidad en tiempos de crisis económica podría imponerse al criterio inicial del comité científico, en el que no se da una clara ventaja técnica a Armazones (Chile) sobre el Roque de Los Muchachos, más bien se reconoce, con una pequeña ventaja, la igualdad técnica entre los principales candidatos.

Ante esa realidad, el Instituto de Astrofísica de Canarias lucha para que se considere válida la igualdad científica de las candidaturas, porque si se garantiza el buen funcionamiento del telescopio en la Isla, la inversión sí puede resultar un hecho diferenciador. Si no fuera así, apunta Jesús Burgos, gerente de proyectos institucionales del IAC, "ya nos habrían descartado, teniendo en cuenta que el ESO tiene todas sus instalaciones en Chile".

Sólo 130 millones por año.- Una inversión de tal magnitud, por su impacto industrial y socioeconómico, hace que la pugna por conseguir la instalación del supertelescopio sea muy fuerte. Pero el presupuesto del ESO sólo alcanza los 130 millones de euros al año, de los que España (incorporada en 2006) aporta casi el 10 por ciento de esta cantidad (unos 11 millones al año), además de ceder en especie un total de 147 noches de observación en el Gran Telescopio Canarias para el programa científico-tecnológico.

Con su presupuesto, el Observatorio Austral ejecuta inversiones y paga la organización y el funcionamiento de unos 700 trabajadores. Además, el ESO ya tiene en curso en el desierto de Atacama en Chile un proyecto muy costoso denominado Alma, una red de 66 antenas para radioastronomía. Por lo tanto, las posibilidades de ejecutar una inversión de 1.000 millones de euros en 8 años son muy limitadas si no se acepta la tercera parte del total que ha propuesto España.

En última instancia, si no se declinan por la candidatura de España, quedan abiertas otras vías más complejas: solicitar un superpréstamo en el Banco Europeo, algo más complejo en tiempos de crisis que un país externo aporte el dinero que falta o incrementar considerablemente las cuotas de los 14 países de la organización.

Podría quedar "aparcado".- Esta realidad no es ajena a otros expertos en la materia. El responsable de comunicación del ESO en España, José Miguel Mas, aseguró recientemente que las posibilidades de La Palma para albergar el Telescopio Europeo Extremadamente Grande eran "reales" ya que este organismo cuenta con un "documento extenso donde se recogen las ventajas que ofrece La Palma". En el mismo, aseguró, "unas baza fundamental es la aportación económica, que podría ser determinante".

Más reconoció que disponer de los 300 millones de liquidez que ofrece España "es una ventaja muy grande", llegando hasta el punto de señalar que existiría la posibilidad de que el supertelescopio no se lleve a cabo por problemas de la crisis económica: "Si los países no tienen dinero suficiente para meterse en esta aventura, de momento se quedaría aparcado, aunque no creo que eso suceda".