Calidad, confort y todo lujo de detalles para unos huéspedes muy especiales. Podría ser la carta de presentación de un hotel de cinco estrellas, pero en este caso, sus particulares inquilinos pesan entre 180 y 200 kilos, comen alrededor de ocho kilos de verdura y fruta al día, y se llaman Rafiki, Pole Pole, Alladin, Schorsch, Noel, Kiburi y Ubongo. Son los siete gorilas de Loro Parque que disfrutan de todos los servicios VIP que ofrece un recinto convertido en un hotel de cinco estrellas para simios.

Cerca de 3.500 metros cuadrados invitan a relajarse en este alojamiento ecológico atendido por un amplio grupo de cuidadores que hacen su estancia más agradable.

Los gorilas también disfrutan de uno de los mayores placeres: la música clásica. Escuchan a Mozart y Beethoven para irse despertando a primera hora, y también mientras degustan las cenas que preparan sus cuidadores, encargados de que el servicio de atención sea óptimo.

Las prestaciones en sus habitaciones poco tienen que envidiar a las de los humanos. Además de dos tipos de camas diferentes y una decoración elaborada por ellos mismos con material vegetal generado por el parque, el suelo radiante con calefacción y la luz efecto noche (un programa baja de forma progresiva la luz) son algunos de los elementos diferenciadores entre una exhibición estándar y Loro Parque.

Cada gorila duerme en una habitación individual dado que son un grupo de machos solteros que tienen que dormir separados.

La zona exterior dispone de dos lagos y una cascada, así como una terraza exterior construida para recrear un espacio donde desarrollar plenamente sus hábitos cotidianos.

Mención aparte merece su oferta gastronómica. Se trata de una dieta de primera calidad basada en productos ecológicos cultivados en las fincas del parque y que son difíciles de conseguir en el mercado, como la acelga roja o las hojas del brócoli, alimento que encanta a los gorilas junto con la fruta y la verdura.

No obstante, el producto estrella sigue teniendo acento canario: el gofio, en forma de pelotas y con leche de soja. Otra golosina que se les regala, pero muy de vez en cuando por su excesivo aporte en azúcares, son los dátiles y las pasas.

Por la mañana toman su desayuno, que incluye cereales y leche de soja, así como diferentes verduras y frutas dispersas y escondidas entre la vegetación para así mantenerlos activos y sanos. En el almuerzo reciben una porción extra de sus verduras favoritas y, una vez entrada la noche, regresan al interior para recibir el aperitivo nocturno en sus "habitaciones privadas".

Si los gorilas disfrutan de una estancia VIP, los siete chimpancés en exhibición no se quedan atrás. Tienen una calefacción que garantiza la calidez y el confort, y la música clásica también suena para crear un ambiente de relajación. Sin embargo, una de las pasiones de la familia de chimpancés de Loro Parque es el cine, sobre todo los documentales y películas de Disney como "El libro de la selva".