El Reglamento del Congreso impide la separación del grupo parlamentario de CiU en dos grupos, y Convergència (CDC) tendría que empezar por descabalgar a Josep Antoni Duran i Lleida de la Portavocía para intentar echar a los diputados de Unió, cuyo destino, en caso de ruptura, sólo podría ser el Grupo Mixto junto con Amaiur, Esquerra y otra media docena de partidos minoritarios.

De acuerdo con las normas de la Cámara, sólo se pueden constituir grupos parlamentarios en los cinco días siguientes a la constitución de la Cámara, por lo que ahora ya no es posible una división del actual grupo parlamentario de CiU y la creación de un grupo propio de Unió (UDC), aunque este partido disponga de seis diputados.

Según los letrados del Congreso consultados por Europa Press, si finalmente se consuma la ruptura del grupo, sólo cabe deshacer la actual formación parlamentaria enviando a los 16 diputados al Mixto, opción que los nacionalistas no contemplan, o bien que la facción mayoritaria, en este caso CDC, intente echar a la minoritaria, UDC, un escenario inexplorado que no está contemplado en el Reglamento.

LA FIRMA DEL PORTAVOZ, BÁSICA

La Cámara permite que un diputado se sume a un grupo parlamentario, siempre con permiso del portavoz de la formación receptora, pero no había calculado que una parte de un grupo pudiera querer mandar a un diputado al Grupo Mixto.

Ahora bien, y si se tiene en cuenta de que la firma del portavoz es necesaria para adscribirse a un grupo, esa misma firma sería imprescindible, aunque no está claro que fuera suficiente, para echar a un diputado. Eso sí, en el caso de CiU el portavoz actual es Josep Antoni Duran i Lleida, de Unió, y no parece que vaya a firmar su propia expulsión y la de sus cinco compañeros de UDC.

Por eso, el primer paso para tratar de gestionar la fractura del grupo es contar con la Portavocía. De hecho, el coordinador general de CDC, Josep Rull, ha anunciado este viernes que han apoderado a sus cabezas de listas en el Congreso y en el Senado, Pere Macias y Josep Lluís Cleries, para que decidan como máximo el martes sobre la continuidad de Duran al frente del grupo de la Cámara baja.

Si descabalgan a Duran en el seno del grupo parlamentario, ya podrían empezar a plantearse la posibilidad de expulsar a los diputados de Unió, aunque se trata de un escenario que podría derivar en una batalla legal por falta de previsión reglamentaria.

LAS SUBVENCIONES TAMBIÉN CUENTAN

Además, el actual Grupo Mixto ya está saturado por la negativas del PP a facilitar en 2011 la creación del grupo parlamentario de Amaiur. Ahora cuenta con 18 diputados de nueve partidos distintos y con los seis de Unió pasaría a 24 y obligaría a replantearse las cuotas de representación en comisiones y sesiones plenarias dentro del grupo parlamentario y en el conjunto de la Cámara. A ello se añade que las subvenciones de la Cámara se reparten por grupos y diputados, y una ruptura tendría consecuencias no sólo en CiU, sino en el heterogéneo Grupo Mixto.

En fuentes parlamentarias confían en que Convergència y Unió alcancen un acuerdo para mantener el actual grupo parlamentario conjunto aunque con un reparto distinto de portavocías y turnos. El propio Rull ya ha dicho que ve "lógico" que CDC y UDC, si ya son dos proyectos diferentes, tengan sus respectivos portavoces para distinguir sus discursos.

En ese escenario de fractura consensuada pero manteniendo el actual grupo parlamentario, bastaría un acuerdo entre ambos partidos de la federación y el visto bueno de la Mesa del Congreso.