El Rosario se ahorrará más de 165.000 euros al año después de poner en marcha el Plan de Detección de Fugas de la red de abastecimiento de agua potable en el municipio, un plan que ha supuesto la detección de más de 50 fugas de la red que suponían la pérdida de 19.200 litros de agua cada hora en la suma total contabilizada.

Así lo adelantó ayer la concejala de Servicios Hidráulicos de la corporación, Soledad Negrín, tras conocer el resultado del estudio realizado por la corporación entre julio y diciembre del año pasado desarrollado como una primera fase en la zona baja del municipio.

Sobre todo ello, la edil se mostró satisfecha de esta primera fase concluida que tendrá una segunda de detección de fugas en otros ámbitos del municipio. Explicó que "el plan ha supuesto que conozcamos los datos necesarios para localizar fugas de caudales considerables que no podíamos localizar con los medios normales con los que cuenta el servicio".

Negrín expuso que para conocer cómo está la red, los técnicos han utilizado geófonos, correlaciones de ruido y detectores, con lo que "podemos disponer de un diagnóstico pormenorizado del estado actual de las infraestructuras hidráulicas en el municipio y priorizar en las reparaciones más acuciantes".

El informe detallado de la empresa Canaragua pudo dar solución a una de las fugas más importantes de la zona de Radazul, la que afectaba a la urbanización La Rivera, que se sitúa en las calles Inglaterra y España; la que afectaba al edificio Jardín del Mar, en Tabaiba; o la referida a la que se producía en la avenida Pacífico, en Costanera.

A este listado se le sumó muchos otros puntos negros que ya han sido reparados y que supondrán un ahorro de 165.000 euros al año para el municipio gracias a un plan por el que se ha controlado caudales aportados al sistema, los consumidos por los clientes y los servicios municipales, además de las pérdidas en la red o el fraude, conexiones ilegales y por roturas y acometidas, entre otros.