Las calles que circundan la plaza del Cristo se han hundido en varios tramos, presentando unos socavones de grandes dimensiones que son todo un peligro para los conductores, principalmente para los dueños de vehículos que viven en la zona y los taxistas, ya que, como manifiestan, "es un peligro para nuestros coches pues al descender de forma brusca, repercute en los amortiguadores y en las gomas de las ruedas".