El extremo del Granada Dani Benítez definió como "una cagada" ante la que no puede poner "ninguna excusa" el lanzamiento de una botella que impactó en el rostro del colegiado Clos Gómez una vez finalizado el encuentro del pasado sábado entre su equipo y el Real Madrid.

Benítez explicó ayer en conferencia de prensa que está arrepentido porque "no fue correcto lo que pasó" y pidió perdón "a todo el mundo y a todas las personas que había en ese momento en el campo".

"Es una cagada, no puedo poner ninguna excusa; cuando lanzo la botella, me voy para el vestuario porque sé lo que se me viene encima", añadió el jugador, que en ese momento pensaba en que iban ganando y el Granada estaba salvado. "En 15 minutos nos vimos con cero puntos, sentí mucha impotencia", aseguró.

Benítez afirmó estar "jodido" porque no puede estar en Vallecas el próximo domingo en el encuentro ante el Rayo y le va a caer "una sanción grande", que espera no sea "de más partidos que a cualquier otro jugador en una situación similar".

Indicó que trató de pedir perdón a Clos Gómez tras el encuentro, pero "había 35 policías y no hubo manera de hacerlo", aunque tiene pensado ponerse en contacto con el colegiado aragonés para "pedirle disculpas".

"Lo que ha pasado me va a servir de experiencia a mí y a mis compañeros", añadió el extremo, que no quiso opinar sobre el comportamiento del trío arbitral, aunque recordó que "ya se dijo el domingo que hubo un asistente que insultó a los jugadores".

El asesor jurídico y secretario del consejo de administración del Granada, Pedro González Segura, explicó en la misma comparecencia que desde el club lamentan "todos los hechos y todo lo acontecido tras el partido ante el Madrid" ya que "algunos jugadores y miembros del cuerpo técnico perdieron los nervios".