El abogado del CD Tenerife, Ángel Fernández Carrillo, explicó ayer a los trabajadores del club, en una reunión que duró dos horas y se desarrolló en la sala de prensa del estadio, los pormenores del expediente de regulación de empleo (ERE) que presentó la entidad el pasado 29 de junio y que, aunque todavía no ha sido admitido por la autoridad laboral competente, derivará en un número de despidos su-perior a la decena. De ahí que la tensión se palpara durante la char-la informativa en la que coincidieron empleados de oficinas y de las áreas deportivas. Precisamente, llegaron a surgir reproches de los primeros a algunos futbolistas.

De la plantilla de jugadores profesionales acudieron Julio Álvarez, Natalio, Beranger, Aitor Núñez, Melli, Omar, Bellvís, Antonio Hidalgo y Josmar Zambrano. O sea, blanquiazules que cuentan para el nuevo proyecto (Omar y Josmar) y otros de los que el club quiere desprenderse. Se echó en falta la asistencia de dos futbolistas que también tenían contrato la pasada campaña y siguen ligados al club, Juanlu Hens y Luna. Para asesorar a los deportistas acudió el presidente de la Asociación de Futblistas Españoles, Luis Rubiales, acompañado de un abogado de este sindicato. Al salir del estadio, nadie quiso hacer declaraciones, aduciendo que los asistentes habían alcanzado un pacto de silencio.

Rubiales fue el único que atendió a los periodistas. "He dado mi palabra de no contar nada de lo que pasó dentro. Nos mantendremos al margen, de momento, en cuanto a manifestaciones públicas", dijo.

Tras esta sesión, en la que el Tenerife expuso las razones por las que pidió el ERE y planteó las condiciones para liquidar los contratos -compensación del sueldo correspondiente a 20 días por año trabajado y la nómina de julio-, los afectados -el abogado no desveló ayer quiénes podrían ser despedidos- están convocados para otra reunión programada para el martes que viene en la sede situada en el Callejón del Combate. El proceso va para largo. La resolución podría llegar en septiembre.