El ministro británico de Asuntos Exteriores, Boris Johnson, tratará de liberar este fin de semana en su visita a Teherán a Nazanin Zaghari-Ratcliffe, la británico-iraní encarcelada en Irán acusada de intentar derrocar al Gobierno.

Zaghari-Ratcliffe lleva en prisión desde agosto de 2016, cuando viajó al país persa durante unas vacaciones para que sus padres vieran a su hija Gabriella y fue detenida en el aeropuerto cuando estaba a punto de volver al Reino Unido.

Teherán no reconoce la doble nacionalidad de Nazanin y rechaza que las autoridades británicas accedan a verla, por lo que no se espera que el titular de Exteriores británico pueda visitarla.

El viaje de Johnson fue inicialmente planeado para fortalecer las relaciones diplomáticas entre ambos países y convencer al Ejecutivo iraní de no abandonar el acuerdo nuclear de 2015.

El titular de exteriores británico se reunió en noviembre con el marido de Nazanin, Richard Ratcliffe, para valorar la concesión de protección diplomática, una decisión que el Gobierno británico aún no ha tomado.

Unos días antes, Johnson se tuvo que disculpar después de afirmar en un comité en la Cámara de los Comunes que Zaghari-Ratcliffe estaba dando clases de Periodismo en Irán, declaraciones que, según los medios, podrían aumentar su condena, que es de cinco años.

Pese a su voluntad de acompañar al ministro, Richard Ratcliffe no viajará a Irán tras ser alertado por el Ministerio de que convertiría la visita en "demasiado política" y que no se le permitiría ver a su mujer.

El ministro también aprovechará para tratar otros casos de ciudadanos con doble nacionalidad detenidos en Irán y transmitir las preocupaciones del Ejecutivo británico sobre la implicación de Teherán en los conflictos de la región, especialmente en Siria y el Yemen.