La crisis abierta con Qatar, aislado diplomáticamente por la casi totalidad de los países de su entorno, parece que ha tenido como principal instigador al presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El mandatario estadounidense, durante su viaje la pasada semana a Arabia Saudí, dice que intentó convencer o presionar a sus aliados para que aislaran al pequeño emirato.

"Durante mi reciente viaje a Oriente Medio dije que ya no pueda haber financiación de ideología radical", apuntaba el magnate en Twitter, añadiendo que "los líderes señalaron a Qatar", acusándolo de canalizar dinero para financiar terrorismo a Siria, Libia y a la la Hermandad Musulmana, que aunque ha renunciado oficialmente a la violencia aún está acusada de terrorismo por parte de algunos países.

El secretario de Estado, Rex Tillerson, y el de Defensa, James Mattis, trataron inicialmente de suavizar la brecha abierta con Qatar y achacaron la crisis a un conflicto regional insistiendo además que la decisión de los países suníes no tendrían ningún efecto en la lucha contra Estado Islámico.

Menos de 12 horas más tarde, Trump descartaba este enfoque planteado por su equipo de Gobierno apoyando firmemente a Arabia Saudí, lo que ha sembrado cierta confusión en la Casa Blanca respecto a la estrategia que debe mantener Estados Unidos hacia un socio militar clave.

Trump afirmaba en un tuit lo bueno que era observar cómo su visita en Arabia Saudí con el rey y con otros 50 países estaba dando resultados. "Dijeron que iban a adoptar una línea dura sobre la financiación" y añadió: "Tal vez esto sea el principio del fin para el horror del terrorismo".

El martes por la tarde, el presidente mantenía una conversación telefónica con el rey saudí porque para el magnate la unidad de las naciones del Golfo era "fundamental para derrotar el terrorismo y promover estabilidad en la región", según destacaba un comunicado emitido desde la Casa Blanca.

El portavoz, Sean Spicer, negaba que el magnate estuviera tomando partido y que Trump no estaba tratando de provocar la ruptura entre naciones suníes de Oriente Medio.

Desde Washington han detallado que Trump había conversado con el rey saudí Salman bin Abdulaziz y destacaban que "ambos líderes han discutido los objetivos fundamentales de evitar la financiación de organizaciones terroristas y de eliminar la difusión del extremismo por parte de cualquier nación de la región".

Sin embargo, el embajador qatarí en Washington mostraba su sorpresa en una entrevista con el Daily Beast por los mensajes lanzados por Trump. "Nadie se acercó a nosotros directamente y dijo: ''Mire, tenemos problemas con esto y esto y esto", recoge en una información el diario estadounidense ''The New York Times''.

Pese a que desde Rusia y Turquía abogan por diálogo y conversaciones con el emirato, lo cierto es que cada vez son más lo países que endurecen su discurso hacia Qatar y se suman al bloqueo. A última hora del martes, Jordania y Mauritania anunciaban que rompían relaciones diplomáticas con los qataríes y suspendían la emisión de la cadena '' Al Yazira'', al igual que ya hicieran Arabia Saudí y otros países del entorno.

Aún más vehementes son las autoridades de Emiratos Árabes Unidos (EAU) que han anunciado el miércoles que todos aquellos que "muestren simpatía" hacia Qatar harán frente a penas de cárcel de hasta 15 años de cárcel.

El fiscal general del país, Hamad Saif al Shamsi, ha afirmado que estas personas se expondrán además a una multa de no menos de medio millón de dirhams emiratíes (cerca de 120.820 euros), según ha informado el diario local ''Gulf News''.

Los gobiernos de Arabia Saudí, EAU, Bahréin y Egipto anunciaron a primera hora del lunes la ruptura de sus relaciones diplomáticas con Qatar, acusando a Doha de "apoyar el terrorismo".

A la medida se sumaron después Maldivas, el gobierno de Yemen reconocido internacionalmente, encabezado por Abdo Rabbu Mansur Hadi, y el gobierno asentado en el este de Libia.

El martes, el Gobierno de Mauritania rompía también sus relaciones con Qatar, mientras que Jordania anunciaba la reducción de su representación diplomática en Qatar y que retiraba la licencia a la cadena de televisión qatarí Al Yazira.

Por su parte, Qatar ha tildado las medidas de "injustificadas", expresando su "sorpresa" por las medidas anunciadas por los citados países.

El emirato negocia con Turquía e Irán el suministro de agua y alimentos ante la carestía que se avecina tras el abandono de sus principales suministradores, EAU y Arabia Saudí.

"Estamos hablando con Turquía e Irán y otros países", ha indicado un responsable qatarí, que ha pedido no ser identificado por lo sensible del asunto, añadiendo que los suministros serían trasladados al país mediante vueltos de carga de Qatar Airways.

Según esta fuente, en el mercado hay suficientes suministros de grano para las próximas cuatro semanas y el Gobierno también cuentan con grandes reservas de alimentos estratégicas en Doha. Qatar, una península que solo comparte frontera terrestre con Arabia Saudí, depende en gran medida de las importaciones de alimentos.

Desde Rusia, el presidente Vladimir Putin aboga por un proceso de negociaciones para solucionar la crisis diplomática. El Kremlin ha detallado que el mandatario ruso ha mantenido una conversación telefónica con el emir de Qatar, Tamim bin Hamad al Zani, en la que ha resaltado que Rusia "está a favor de los métodos políticos y diplomáticos para resolver las crisis", según ha informado la agencia rusa de noticias Sputnik.

Sin embargo, Arabia Saudí rechaza la "mediación" exterior asegurando que los países del Golfo pueden resolver por ellos mismos la crisis. "No hemos pedido mediación. Creemos que esta cuestión puede ser abordada entre los estados del Consejo de Cooperación del Golfo", ha sostenido el miércoles el ministro de Exteriores saudí, Adel al Jbeir, en una rueda de prensa conjunta en Berlín con su homólogo alemán, Sigmar Gabriel, según informa la cadena Al Arabiya.

En cuanto al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha mostrado su rechazo a la ruptura de relaciones y las sanciones impuestas al emirato. "Quiero decir claramente que nos oponemos a las sanciones contra Qatar", ha dicho, señalando que "esta situación, en un momento en el que se necesita más que nunca la solidaridad y la cooperación, no es buena para ningún país de la región".

En unas declaraciones en un acto por la ruptura del ayuno por el Ramadán en la capital, Ankara, Erdogan ha subrayado que continuará sus esfuerzos para reducir las tensiones entre Qatar y otros países regionales, según ha informado la agencia estatal turca de noticias, Anatolia.

De hecho, el Parlamento turco prepara un trámite de urgencia para aprobar unas leyes que permitan el despliegue de tropas en la base militar que poseen en Qatar.

Los gobiernos de Arabia Saudí, EAU, Bahréin y Egipto anunciaron a primera hora del lunes la ruptura de sus relaciones diplomáticas con Qatar, acusando a Doha de "apoyar el terrorismo". A ellos se han medido posteriormente Yemen, el gobierno asentado en el este de Libia, Maldivas y Mauritania, mientras que Jordania ha anunciado que reduce su representación diplomática en Qatar y que retira la licencia a la cadena de televisión qatarí Al Yazira.